La huelga de buses de La Alcoyana, secundada por toda la plantila y que afecta a 60.000 pasajeros al día que disponen de servicios mínimos del 60%, vivió ayer momentos de tensión. Un bus de la línea 24, que va al campus, no paró en el Panteón de Quijano porque iba lleno. Los que esperaban, que ya habían visto pasar a otros tres vehículos sin subir, se colocaron delante y durante más de diez minutos le impidieron el paso, según contó una viajera. Tras la tensión, los inspectores les calmaron y continuó la marcha. El comité de empresa acusó a Subús de intentar que unos cuantos chóferes sacaran cuatro buses.
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