Mikel Izal es un cantautor vitoriano que intenta hacerse un hueco en el panorama musical. De momento ya tiene cita en alguna de las mejores salas de Madrid y pronto regresará a Vitoria para presentar su último trabajo: "Alicia en el país de los espejos".

-¿Quién es Mikel Izal?

Es un tío de lo más normal. Soy una persona que intenta divertir al personal y que le diviertan, con defectos como todo bicho viviente (quizá alguno más que la media..) y que odia la hipocresía: no la soporto. Compagino mi faceta musical con mi trabajo a jornada completa que es la ingeniería de telecomunicaciones. Una extraña mezcla que me sirve para equilibrar mi vida.

-¿Qué es para ti la música?

Es mi válvula de escape, lo que me gusta hacer y a lo que me gustaría dedicarme. La música me da la oportunidad de volcar sobre el papel los pensamientos que escondo en mi día a día.

- Muchos opinan que tus canciones tienen un aire a Ismael Serrano, ¿quiénes son para ti tus referencias musicales?

Uno de los grandes culpables de que se me pueda escuchar cada 15 días en una sala de Madrid es el señor Ismael Serrano (pedidle cuentas a él). Cayó en mis manos uno de sus primeros discos "Atrapados en azul", y en efecto quedé atrapado. Aquella forma de armonizar pensamientos me parecía increíble. Admiro muchísimo su trabajo, pero ante todo intento ser muy personal. Huyo de parecerme a nadie. Cada uno tiene que desarrollar lo que surja en su cabeza, lo que quieran tocar sus manos y lo que quiera cantar su voz. Otras influencias en mi vida son monstruos de la canción como Jorge Drexler, Carlos Chaouen, Manolo García, Silvio Rodríguez y un largo etcétera.

- En tu página explicas tu paso por los ritmos de discoteca y la música techno y el pop-rock hasta llegar a la actual. ¿Es difícil encontrarse a uno mismo?

Bueno, lo cuento como anécdota graciosa. Mi flirteo con los ritmos techno fue obligado. A los 12 o 13 años cayó en mis manos un secuenciador, un programita de ordenador que te permitía componer canciones. Con aquella tierna edad yo no tenía ni micrófono, por lo que todo era instrumental, y me divertía aplicándoles los típicos ritmos de discoteca (que ahora no soporto, todo hay que decirlo). Si hubiera tenido opción habría creado otro tipo de canciones. De hecho aun no sabía ni tocar la guitarra, estaba empezando a dar clases por aquella época.

-¿Qué deseas transmitir a través de tus letras?

No me gusta "evangelizar" a nadie, intentar cambiar la forma de pensar de las personas, decirles lo que esta bien o lo que esta mal. Simplemente digo lo que pienso y que cada cual desarrolle su propia visión del tema. Cuento cosas cotidianas, cosas que de algún modo casi todos hemos pensado alguna vez. Cuento cómo me gusta la rubia de enfrente, cuento lo poco que ha dado de sí mi vida, cuento tonterías, cuento "seriedades", cuento que me gusta contar...cuento de todo.

-¿Vitoria está presente en tu universo musical?

De momento la verdad es que no he dedicado específicamente ninguna canción a esta ciudad en la que he crecido, pero obviamente cada uno es la vida que ha vivido, es la ciudad que le ha visto crecer y por tanto todo lo que escriba tiene que ver. La ex novia que te hace escribir lo mal que lo pasas cuando te separas de alguien es vitoriana, los recuerdos que viertes en una canción ocurrieron en Vitoria, etc...

-¿A qué suena Vitoria?

Vitoria me suena a muchas cosas. Me suena a amistades de toda la vida, a ex novias que te alegraron la existencia, a colegio de curas, a parques nevados... Me suena a frío pero con mucho calor humano. Me suena a hogar.

-¿Qué conciertos tienes previstos para los próximos meses?

Estoy teniendo la suerte de contar con un gran apoyo en Madrid. Eso hace que en poquitos meses haya podido tocar en unas cuantas salas importantes de Madrid y sobre todo tener planificados numerosos conciertos. He pisado la sala Galileo y estaré en algunos de los mejores escenarios del circuito de canción de autor de Madrid. No me olvido de Vitoria y apartir de Diciembre tengo la firme decisión de (si los locales de Vitoria lo permiten) dar un concierto cada 2 ó 3 meses para toda la tropa vitoriana que me escucha en la distancia.

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