Uno de cada cuatro empleados en España tiene un contrato de trabajo temporal, la segunda proporción más alta de la Unión Europea. Los datos de Eurostat, la oficina de estadísticas comunitaria, indican que el 26,1% de los trabajadores de entre 15 y 64 años de nuestro país tenía un contrato laboral precario en 2016.

De este modo, la tasa española prácticamente duplica la media de los Veintiocho, que es del 14,2%. Esa proporción sólo la llega a superar un país, Polonia, donde se alcanza el 27,5%. En Portugal, Croacia y Holanda el peso del empleo temporal sobre el total también rebasó la barrera del 20%.

La cifra española aún es peor si se compara con las grandes economías europeas: en Francia, el porcentaje se situó en el 16,1%, mientras que en Italia se quedó en el 14%; en Alemania, en el 13,2% y en Reino Unido, en el 6%. Mejores cifras, las mejores de hecho, presentan dos países: Lituania y Rumanía. En el primero, el empleo temporal afecta al 2% de los trabajadores en activo, y en el segundo, al 1,4%.

De los 28 países que forman actualmente la UE, un total de 18 situaron el empleo temporal por debajo del promedio comunitario y, de ellos, 14 registraron una tasa de un solo dígito, entre ellos Eslovaquia, Hungría, Bélgica, Austria, Luxemburgo, Irlanda, Malta, Estonia o Letonia.

En toda la Unión Europea, en 2016, había 26,4 millones de trabajadores con un contrato temporal. En el caso de los menores de 25 años, la temporalidad alcanzó el 43,8% y superó el 80% en Eslovenia, España y Polonia. Además, hay más mujeres que hombres con contratos temporales: un 14,7% frente al 13,8% de los hombres.