"El agua parecía que rugía... Realmente pone los pelos de punta recordarlo"

  • Se cumple 25 años de la peor riada sufrida en Lleida.
  • 20minutos entrevista al alcalde de entonces, Antoni Siurana.
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La ciudad aquel 7 de noviembre marcado por el color marrón de la riada. Al fondo, el edificio del Gobierno Civil, que se inundó. ARCHIVO.
La ciudad aquel 7 de noviembre marcado por el color marrón de la riada. Al fondo, el edificio del Gobierno Civil, que se inundó. ARCHIVO.
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La ciudad aquel 7 de noviembre marcado por el color marrón de la riada. Al fondo, el edificio del Gobierno Civil, que se inundó. ARCHIVO.

Hoy hace 25 años. Fue un 7 de noviembre de 1982. El día en que el agua trajo el pánico a la ciudad de Lleida. Era de noche y el rió Segre se empezó a desbordar en el Pirineo, bajaba hacía la ciudad con fuerza. Pueblo por el que pasaba, pueblo que arrastraba tras él.

.Y llegó a Lleida, era de noche y el barrio del margen derecho de la ciudad peligraba. La Guardia Urbana avisó a los vecinos del barrio de Cappont mediante megafonía que abandonaran sus casas de forma inmediata. La gente abandonaba sus casas en pijama, cogiendo lo que podían, y sin saber si podrían volver, y si volvían que es lo que encontrarían de las casas que habían abandonado.

Antoni Siurana, era por entonces alcalde de Lleida, lo fue durante 22 años, y recuerda para 20minutos cómo vivió aquel 7 de noviembre de 1982.

Me quedo con la gente de Lleida, con "los lleidatans". ¡Un diez!

¿Qué momento recuerda de aquel día?

Los recuerdo casi todos, fue una situación excepcional, en la que uno se da cuenta de la responsabilidad que supone tener en esos momentos un cargo como el de alcalde.

¿Cómo empezó todo?

Pues fue el domingo por la tarde, nos avisan que habría lluvias muy fuertes, de riesgo, el domingo a la tarde, nos reunimos con los técnicos en un comité de emergencia y pudimos avisar a los ciudadanos, a través de los medios de comunicación que había entonces y absolutamente necesarios en casos como este, y lo viví con el orgullo de tener una actuación por parte de todos que evitó que hubiera cualquier víctima. No se pudo evitar daños, pero si las pérdidas humanas. No hubo víctimas.

¿Cómo se puso en marcha el dispositivo de seguridad?

Lo centralizamos en el Ayuntamiento de Lleida, dado que el Gobierno Civil se inundó, y en ese momento fue poco operativo y nos coordinamos conjuntamente con la Confederación Hidrográfica del Ebro con los responsables de las compañías eléctricas donde nos daban información permanente de como estaba el Segre, el Noguera Pallaressa y el Noguera Ribagorzana, cosa que nos permitió ir actuando de forma concreta y precisa.

El ruido espectacular que hace el agua, que parece que ruge, realmente pone los pelos de punta al recordarlo.
¿Y como llega la riada a Lleida?

Nos dijeron que llegaría de noche, lo teníamos marcado en un plano las zonas que se inundarían y advertimos a través de la Guardia Urbana a los vecinos, que salieran de casa.

¿Cómo respondió la ciudad de Lleida?

De una manera extraordinaria, la sociedad civil se lanzó a la calle, ayudaba en lo que podía: a sacar agua, a fregar las calles, excelente, gracias a eso pudimos volver a la normalidad en un tiempo récord. Tres días después "Lleida volvía a nacer".

¿Cuál fue el momento más crítico?

Hombre, el momento más crítico de la riada es cuando ves que el agua llega el borde del río a su paso por la ciudad de Lleida, oyes el ruido espectacular que hace el agua, que parece que ruge, con ese color marrón, con una cresta de agua en medio del río, realmente pone los pelos de punta al recordarlo.

¿Recuerda las pérdidas materiales?

No, sólo sé que el barrio de Cappont (en la margen derecha del Río Segre) se tuvo que rehacer casi por completo. Se declaró Lleida como zona catastrófica, y la inversión en Lleida fue extraordinaria a través del Gobierno y de la Generalitat. Recuerdo que el Gobierno no estaba constituido aún porque había habido elecciones hacía poco. Por aquí pasó Alfonso Guerra como miembro del Gobierno, Jordi Pujol, el entonces Presidente de la Generalitat y el Ministro Solana... .

¿Se queda con algo positivo de aquel día?

Con la gente de Lleida, con "los lleidatans". ¡Un diez! Se portaron de forma extraordinaria, hubo mucho voluntariado, fue muy positivo.

¿Y una imagen?

La desaparición del choperal (los árboles que rodeaban el Segre) Fue una "pequeña tragedia". Y con una imagen que se me quedó: Había gente que al decirle la Guardia Urbana que tenía que irse de casa de forma inmediata, cogía el televisor en vez de coger otras cosas.

Fue un 7 de noviembre de 1982. Hoy hace 25 años, y como nos ha explicado el antiguo alcalde de Lleida Antoni Siurana, nunca se olvidará. Ese 7 de noviembre se recordará a partir de ahora también en Lleida a través de una placa conmemorativa situada en la zona del entonces Gobierno Civil, inundado aquel día por el agua, y situada a la altura donde alcanzó el agua aquel fatídico día.

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