Ir de pinchos o de tapas por Vitoria siempre ha formado parte de una tradición que últimamente ha ganado muchos más adeptos. Los establecimientos, llenos hasta rebosar, compiten por ofrecer el manjar más sabroso, por ello, la oferta es muy variada y extensa.

El vitoriano hace un tapeo previsible, relajado y de horarios comunes; no sólo los fines de semana, sino también a diario. Lo más habitual es encontrar comensales a la hora del aperitivo, entre las doce y media y las dos de la tarde y por la noche a partir de las ocho.

En las calles del centro y el Casco Antiguo de la ciudad podemos encontrar desde la oferta más tradicional a la más atrevida. En el Ensanche vitoriano establecimientos hosteleros como el renovado café Plaza ofrecen lo mejor del picoteo. Su pincho estrella: berenjena rebozada con jamón York y queso cubierta de gulas y langostinos a un precio asequible de 1,50 €.

Cerca, en la calle San Prudencio, se puede degustar un exquisito pimiento verde con tomate cherry, ibérico y vinagreta del Dakar a 1,50 €. Su cocinero, Jesús María Fernández, nos ofrece además un poco de piquillo con anchoa, vinagreta y salsa rosa.

Y un poco más adelante, el bar Taberna sirve una deliciosa tosta de bacalao ahumado con pimiento verde y regado con aceite por 1,40€, aunque, el pincho que triunfa es "la croqueta casera con raba y gamba a la gabardina", tal y como explica el dueño del establecimiento, Esteban Gainzarain.

Pero hay más, mucho más. Algunos de ellos podremos degustarlos en la Semana de la Cazuelita que nos deleitará pronto con lo mejor de la cocina tradicional y moderna alavesa. El próximo día 23 de noviembre comenzará el esperado concurso.

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