«Me cierran el locutorio, pero dejan abrir otros... ¿Es por ser marroquí?»

Un inmigrante no entiende cómo el Ayuntamiento de Bilbao clausuró su negocio en el Casco Viejo, pero han abierto otros dos.
Karimi Noureddine es un inmigrante marroquí afincado desde hace tiempo en Bilbao. Con esfuerzo logró abrir un negocio propio: un locutorio en el Casco Viejo de la capital vizcaína. Todo parecía ir bien hasta que, según relata él mismo, un día, hace ahora seis meses, se presentó en el trabajo una pareja de policías municipales con una orden de cierre bajo el brazo. Tenía que desmantelar en 24 horas el servicio de llamadas al extranjero, ya que una normativa municipal del Ayuntamiento, aprobada en el año 2003, prohibía abrir más locutorios en el Casco Viejo.

A pesar del tiempo transcurrido desde que le obligaron a echar la persiana, Karimi está muy enfadado. La razón es que, después de que entrara en vigor la medida municipal, dos nuevos locutorios han abierto en el barrio. Eso sí, eran regidos por  dos importantes empresas: Correos y BBVA.

Orden de cierre

Ambas han montado sendos locales con servicios dirigidos expresamente a inmigrantes, como envío de dinero o llamadas al extranjero. «O sea, que a mí me cierran el locutorio porque no es legal, y a ellos no. ¿Porque tienen contactos? ¿Por racismo?», se pregunta Karimi.

El Ayuntamiento ordenó por carta «el cese inmediato de la actividad» de los dos locutorios, de Correos (sito en la calle Santa María) y BBVA (en la esquina entre Somera y La Cruz), a principios de septiembre al ir contra la norma. A día de hoy, el servicio de llamadas de Correos sigue operativo, como ha comprobado in situ 20 minutos.

El del BBVA está fuera de servicio «temporalmente», tal y como anuncia un cartel en la puerta de las cabinas. No se sabe si podrá volver a levantar la persiana. Para Karimi Noureddine, este hecho ya es claramente discriminatorio. «Porque a mí la Policía Municipal me obligó a desmontar los teléfonos. No me dejó poner un cartelito», se queja con razón.

El Ararteko pidió anular la norma

El Ararteko Iñigo Lamarka recomendó en febrero al Ayuntamiento de Bilbao que eliminara la normativa creada en 2003 que prohíbe construir nuevos locutorios en el Casco Viejo de Bilbao. El Consistorio argumentó que estaban proliferando más locutorios de lo «razonable». Lamarka lamenta que no se defina qué es lo «razonable».

El Ayuntamiento también fundamentó la normativa en que tanto locutorio empeoraba el paisaje. «Desconocemos qué repercusión negativa tienen los locutorios en el paisaje», reprocha el Ararteko. La medida sigue hoy día en vigor, pues el Consistorio no está obligado a acatar la recomendación del Ararteko.

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