Unos 36.000 menores hiperactivos tienen problemas en el colegio en la región

  • Se les puede confundir con niños revoltosos.
  • Las asociaciones reclaman más psicólogos y los profesores, más recursos.

Es poco conocido, difícil de detectar y fácil de confundir. El denominado trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que impide comportarse bien en clase al menor y lo convierte en víctima permanente de castigos, lo sufren entre un 3% y un 5% de los alumnos que cursan Infantil, Primaria y ESO en Andalucía (en total, 1.193.564), según la Federación Andaluza de Asociaciones de Ayuda a Hipercinéticos y Déficit Atención.

Por tanto, al menos 35.800 estudiantes de la comunidad presentan este problema. «Como norma general, hay un niño por clase con este trastorno», matiza Lola Duque, vocal del colectivo.

El trastorno

  • Tipos: Los hiperactivos, los que tienen dificultades para mantener la concentración y los impulsivos. Los hiperactivos-impulsivos suelen ser niños y los que padecen déficit de atención, niñas.
  • Problemas: A los hiperactivos se les suele confundir con niños revoltosos, que sólo quieren reventar la clase y que, en muchos casos, «su comportamiento acaba en expulsión», sostiene Duque. Por su parte, las que tienen dificultades para atender son consideradas como «la pobrecita que no da para más».
  • ¿Soluciones? Desde el colectivo se reclama que haya más psicólogos en los centros y que se obligue a los profesores a pasar por cursos para formarles sobre estos trastornos emergentes. Y desde el sindicato de profesores Anpe se explica que recursos hay, pero siempre se pueden mejorar. «Nos preocupa, sobre todo, el tratamiento del centro a un menor que ha sido ya diagnosticado: debería estar apartado, en un aula de apoyo para hacerle un seguimiento personalizado, y eso no siempre es posible».

Inocentes y solitarios

La impulsividad que reflejan los menores con este trastorno desemboca en que no piensen en las consecuencias de sus actos. Y de eso pueden aprovecharse sus compañeros: «A que no eres capaz de explotar este cohete en el patio», relata Lola Duque como un ejemplo que puede darse. «Ellos lo hacen y luego no acusan al compañero por su inocencia». Por regla general, son niños «muy solitarios», confirma.

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