Un hombre de 60 años mató ayer a su esposa, de 58 años, en Pedrajas de San Esteban (Valladolid). La pareja, con dos hijas, tenía problemas conyugales y precisamente la víctima había consultado por la mañana a un letrado para iniciar los trámites de separación. El individuo se entregó tras los hechos voluntariamente en el cuartel de la Guardia Civil de Íscar. Según pudieron comprobar los agentes, la mujer pudo fallecer al ser golpeada repetidamente en la cabeza con un objeto contundente, un palo grueso. Por otra parte, un hombre de 43 años fue detenido ayer en Cabezo de Torres (Murcia) después de agredir a su mujer con un cuchillo de 25 centímetros de hoja. Explicó a los agentes que le arrestaron que «había recibido órdenes de Dios de matarla». El hijo de la mujer, de 19 años, recibió un corte en un dedo que también requiso puntos.