Una Holanda polarizada busca nuevo líder ante el auge del populismo y la xenofobia

  • El país celebra este miércoles elecciones generales.
  • Los sondeos pronostican un parlamento muy fragmentado tras los comicios, en el que serán necesarios pactos entre cuatro o cinco partidos para gobernar.
  • El actual primer ministro, Mark Rutte, y el líder del partido xenófobo, Geert Wilders, son los principales favoritos en las encuestas electorales.
  • La mayoría de partidos, incluido el  liberal de centroderecha VVD de Rutte, ya han rechazado futuros pactos con el ultraderechista Wilders.
  • Países Bajos, primera cita con las urnas en un año electoral clave para la UE.
De izquierda a derecha: Mark Rutte (VVD), Lodewijk Asscher (PvdA) y Geert Wilders (PVV).
De izquierda a derecha: Mark Rutte (VVD), Lodewijk Asscher (PvdA) y Geert Wilders (PVV).
EFE / GTRES
De izquierda a derecha: Mark Rutte (VVD), Lodewijk Asscher (PvdA) y Geert Wilders (PVV).

El conflicto diplomático abierto en los últimos días entre los gobiernos holandés y turco ha empañado la recta final de la campaña electoral en Holanda, cuyos comicios generales de este miércoles dan el pistoletazo de salida a un año electoral clave para la UE —Francia elegirá presidente en abril y Alemania seguirá sus pasos en septiembre— y con el auge de los partidos de ultraderecha como telón de fondo, que en los Países Bajos encarna el líder xenófobo Geert Wilders.

Los sondeos pronostican un parlamento más fragmentado que nunca, en el cual serán necesarios entre cuatro y cinco partidos para llegar a los 76 escaños (de un total de 150 diputados) que otorgarían estabilidad al futuro gobierno. De entrada, la mayoría de las formaciones que concurren han rechazado futuros pactos con el ultraderechista Wilders, incluyendo el partido liberal de centroderecha VVD, que lidera el actual primer ministro Mark Rutte. El ascenso del populismo en los últimos años ha sido la causa principal de esa polarización del sistema político del país, lo que refleja la insatisfacción social entre los holandeses.

Una media de encuestas, publicada por el politólogo de la Universidad de Leiden Tom Louwerse, indica que Rutte obtendría 25 escaños, mientras el PVV de Wilders conseguiría tres menos, 22, una tendencia a la baja respecto al comienzo de la campaña, aunque en los últimos días ha intentado sacar tajada de las tensiones con Turquía.

Por detrás estarían empatados los democristianos (CDA) y los liberales de centroizquierda (D66), ambos con 20 diputados, mientras que los Verdes de Izquierda (Groenlinks) se harían con 16 escaños y los izquierdistas del SP con 15. Los socialdemócratas del PvdA, actualmente en el gobierno y que en 2012 obtuvieron 38 escaños, pulverizarían su suelo histórico y caerían hasta la séptima posición, con 12 diputados. Con vistas a estas elecciones se prevé que el CDA, PvdA y el VVD, que en la década de los ochenta concentraron el 80% de los votos, concentren ahora un máximo del 40% del total de los votos.

Ante este panorama, los analistas holandeses, acostumbrados a unas elecciones habitualmente predecibles, tienen difícil interpretar los sondeos y vaticinar resultados, tanto de los comicios como de las posibles negociaciones postelectorales. Siguiendo la tendencia que se ha producido en otros países europeos, los expertos no descartan que los votantes neerlandeses se decanten por renunciar al voto leal por su partido de siempre y opten por nuevos grupos, ya que hay un abanico político con una treintena de candidatos.

Rutte, el superviviente político

Mark Rutte, actual jefe del Gobierno liberal conservador de Holanda, tiene ante sí el reto de mantener unido un escenario político cada vez más fragmentado y euroescéptico, amenazado por el populismo. Rutte (La Haya, 1967) llegó a primer ministro por primera vez en octubre de 2010, tras las elecciones celebradas en junio precedente por el fracaso de la coalición entre liberales y democristianos al intentar aprobar un presupuesto de austeridad en medio de la crisis económica.

De maneras suaves y políticas firmes, Rutte ya hizo historia en esa fecha por ser el primer jefe de Gobierno liberal en este país desde la fundación de su Partido Popular de la Libertad y Democracia (VVD), en 1948. A partir de entonces, encabezó una coalición minoritaria de derechas, cuyo poder de legislación dependía de los apoyos del Partido de la Libertad (PVV), liderado por el populista y antiislamista Geert Wilders.

El Gobierno de Rutte logró aprobar un presupuesto austero con el apoyo de cinco partidos —liberal, democristiano, Demócratas 66, los Verdes y Unión Cristiana—, aunque fracasó tras la negativa de Wilders a respaldar una serie de recortes de gastos. Fue reelegido primer ministro tras las elecciones de octubre de 2012, esta vez tras una estrecha victoria en los comicios generales, lo que le permitió liderar una coalición de centro-izquierda, con el apoyo de los laboristas del PvdA.

El político, antiguo gerente de personal de la multinacional holandesa Unilever (1992-1997) y de su subsidiaria Calvé (1997-2000), reavivó en la campaña de 2012 al VVD, del que sigue siendo líder y candidato a la reelección como primer ministro. Con 41 escaños, de un total de 150, el VVD es actualmente el partido más grande en el Parlamento holandés.

Hijo de una familia de comerciantes, son pocos los detalles que se conocen sobre su vida privada, más allá de que vive con su madre y es soltero, pianista en su tiempo libre, profesor de Políticas y miembro de la iglesia protestante de Holanda. Es, además, admirador declarado de la ideología económica de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.

Rutte siempre se ha mostrado como un hombre sencillo, afable, modesto e insistente para sacar adelante sus proyectos políticos. Su serenidad y capacidad de negociación, su actitud conciliadora y buen humor, le han servido para capear momentos difíciles, en especial cuando en su país le han llovido críticas por sus políticas austeras y en la UE por ser uno de los principales obstáculos para que Grecia recibiera su primer rescate financiero. Es visto como un político hábil, capaz de pactar con el diablo si de poder se trata: muchos temen que tras las elecciones acabe traicionando sus propios principios y una sus fuerzas con el PVV, su gran enemigo, para formar una coalición de Gobierno.

Wilders, la cara del populismo xenófobo

Geert Wilders (Venlo, 1963), líder del ultraderechista Partido de la Libertad (PVV), lleva con orgullo el calificativo de hijo pródigo de Donald Trump. Con su retórica antiislamista y contra las minorías que busca hacerse con la victoria este 15 de marzo. Los suyos dicen de él que es ingenioso y que tiene gran intuición política, pero sus adversarios creen que es "vulnerable y nervioso".

Wilders pisó por primera vez el escenario político en 1990, cuando se afilió al Partido Popular de la Libertad y Democracia (VVD), formado por una fusión de dos grupos liberales y progresistas que nada tienen que ver con el actual perfil del ultraderechista. Estuvo ocho años escribiendo discursos para los líderes del VVD, antes de incorporarse al Parlamento como diputado. En 2004, Wilders rechazó la solicitud de adhesión de Turquía a la Unión Europea, abandonó el VVD y se convirtió en un político independiente.

Fundó el Partido de la Libertad (PVV) en 2006, y desde entonces, ha logrado sumar votos con mensajes contrarios al islam, la UE o la inmigración. Su lenguaje contra el islam provocó que el pasado diciembre un tribunal holandés le condenara por incitar a la discriminación, tras insultar a un grupo de marroquíes.

Su batalla contra el islam incluye la prohibición del Corán, el restablecimiento de los controles fronterizos y las críticas a la "falta de igualdad" entre sexos en esa religión, lo que le llevó a un rifirrafe público incluso con la propia reina Beatriz cuando esta usó un velo en una mezquita de Omán.

Su actitud provocadora le ha granjeado antipatías, tal es así que su protección se ha convertido es una cuestión candente en la campaña electoral, tras la detención el mes pasado de un agente de vigilancia de su equipo, amenazado por sus declaraciones antiislamistas.

Geert Wilders tiene sus orígenes en las Indias Orientales Neerlandesas, actual Indonesia, el país con mayor población musulmana del mundo. Sus abuelos, católicos practicantes, emigraron con una hija en brazos a los Países Bajos tras el colapso de la colonia holandesa.

Es recordado por sus profesoras de secundaria como un alumno charlatán y "de pocos amigos", algo que, según dicen los que le conocen, permanece en el Wilders adulto, ya que sigue siendo un solitario que solo habla de los problemas políticos. "No participa en ningún acto social. Le convencimos para que acudiera a una fiesta de Navidad, pero era imposible hablar de su vida privada", aseguró Hans Hoogervorst, su colega en el Parlamento.

Con tan solo veinte años, Wilders dio el "sí quiero" a su primera novia, para divorciarse pocos años después y volver a casarse en 1992 con Krisztina Marfai, diplomática húngara judía que conoció en la Embajada de Budapest en La Haya, y con la que ahora se ve dos veces por semana por cuestiones de seguridad. Fue exactamente antes de conocerla cuando Wilders empezó a frecuentar Israel, país que admira y defiende incluso en su programa electoral, que incluye el traslado de la embajada holandesa de Tel Aviv a Jerusalén.

Lodewijk Asscher, a evitar el descalabro socialdemócrata

Lodewijk Asscher (Ámsterdam, 1974), actual viceprimer ministro holandés, es el candidato y líder del partido laborista socialdemócrata PvdA, hasta ahora el segundo partido del país. Sin embargo, las encuestas no vaticinan para esta formación una buena posición tras las elecciones del miércoles.

Doctor en Derecho por la Universidad de Ámsterdan en 2002, continuó trabajando en esa universidad hasta 2006 como investigador y profesor no numerario. Durante ese periodo (2002-2006), Asscher representó al partido laborista en el Ayuntamiento de Ámsterdam, y en 2006 se convirtió en miembro del Ejecutivo municipal responsable de asuntos económicos, finanzas, educación, integración cívica y juventud. Tras la dimisión del alcalde Job Cohen, ocupó de manera interina la alcaldía de Ámsterdam entre marzo y julio de 2010. Posteriormente, fue el responsable de finanzas, juventud y educación en el Gobierno local.

Desde 2012 es ministro de Asuntos Sociales y viceprimer ministro en el Gobierno en coalición con el partido liberal de centroderecha VVD de Mark Rutte. El pasado mes de diciembre de 2016 fue elegido candidato y líder del Partido Laborista de cara a las elecciones parlamentarias de este miércoles.

En el plano personal, Asscher proviene por parte de padre de una familia judía de abogados y comerciantes de diamantes en Ámsterdam. Está casado con Jildau Piena, con la que ha tenido tres hijos.

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