Ellas prefieren el bingo, ellos las tragaperras y los niños, casinos ‘on-line’

Más de 500 sevillanos piden cada año que les salven de su adicción al juego. «Hoy cumplo 11 años en la asociación. Seré un jugador toda mi vida. Si echo un duro a la máquina volvería a jugar. Estoy rehabilitado y ahora sé que para vivir no necesito el juego». Es el testimonio de Manuel Garrido en el Día Internacional sin Juegos de Azar.

Un millón y medio de andaluces son ludópatas, «una enfermedad que no es un vicio», aclara Alfonso Pérez Cala, presidente de la Asociación Sevillana de Jugadores de Azar Rehabilitados (Asejer). Aquí saben que las mujeres se enganchan al bingo; ellos, a las máquinas tragaperras y los menores, a los casinos virtuales.

Al año, más de 500 sevillanos piden ayuda para salvarse de su adicción. El tratamiento dura dos años y sólo el 10% son mujeres.

«Llegan hundidos, deteriorados y con deudas. El jugador es un mentiroso patológico.

Oculta su adicción y es capaz de hacer barbaridades», afirma Alfonso Pérez.

Asejer pide a la Junta que los bares y restaurantes sean comercios de hostelería y no un lugar de juego; que las tragaperras se ubiquen en un local específico; que exista una ley de juego real y efectiva y que controlen los casinos virtuales.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento