El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha desestimado el recurso de apelación contra la sentencia de la Audiencia de Girona que condenó a Miguel Manuel Heredia a 19 años de prisión por asesinar a puñaladas al dueño del bar "El Rey del Pulpo", de Maçanet de la Selva.

La defensa del condenado argumentó en su recurso que la actividad probatoria no ha sido la mínima imprescindible para considerar superada la presunción constitucional de inocencia.

Además, apuntó la supuesta predeterminación de las investigaciones policiales, al denunciar que éstas se centraron exclusivamente en el recurrente casi desde su inicio, dejando de analizar los cabellos humanos encontrados en la mano de la víctima y no investigando otras pistas sólidas.

Pistas aportadas

Estas pistas serían por ejemplo la proporcionada por dos testigos que declararon en el juicio apuntando sus sospechas hacia la ex esposa de la víctima, que además resultó beneficiada económicamente, como posible instigadora del crimen, tesis que, además, vendría abonada por la forma en que tuvo lugar el crimen y el número de puñaladas, que sugieren un crimen pasional, mientras que el recurrente carecía de motivación personal o económica.

El recurrente mantuvo que también constituye argumento a favor de su versión exculpatoria el hecho de que no le haya sido encontrado ningún efecto, el dinero, que le relacione con el delito, por lo que si tuvo "hipotéticamente" tiempo para desprenderse de todo lo que le relacionara con el delito, no se explica que no hiciera lo mismo con las zapatillas que se hallaron manchadas de sangre.

El TSJC ha rechazado cada uno de los argumentos presentados en el recurso y en su resolución confirma la sentencia de 19 años de cárcel impuesta por la sección tercera de la Audiencia de Girona y mantiene que tanto el veredicto del jurado popular como la sentencia son correctos.

El jurado popular que juzgó el caso declaró a Miguel Manuel Heredia culpable de la muerte, la noche del 22 al 23 de enero del 2004, de Sebastián Montiel, el dueño del bar "El Rey del Pulpo" de Maçanet de la Selva.

La sentencia justifica la imposición de la pena por el sufrimiento padecido por la víctima a consecuencia del elevado número de puñaladas, 82, realizadas con un cuchillo jamonero "con el consiguiente sufrimiento que necesariamente debió padecer la víctima antes de su fallecimiento", sufrimiento al que se refirieron los médicos forenses en el juicio oral, que mantuvieron que había muerto desangrado.

La sentencia le condenó también a indemnizar con más de 133.000 euros a la familia de la víctima.

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