Diseñadores de mobiliario urbano eligen la Alameda de Cervantes para sus proyectos

  • El vandalismo, un factor a tener en cuenta.
  • El Ayuntamiento no se compromete pero contempla la posibilidad de utilizar algún diseño.
  • La Alameda de Cervantes se abrió al uso público en 1.621
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Alameda de Cervantes
Alameda de Cervantes
Mª Jesús Borjabad
Alameda de Cervantes

¿Quién diseña el mobiliario urbano?, ¿en qué se fijan para amueblar una zona abierta?. Por primera vez, un curso está formando a alumnos en "Acción Urbana" a través de la empresa Onn Outside , la Escuela Universitaria Politécnica de Valladolid y con la colaboración de Cesefor.

Los alumnos, futuros ingenieros técnicos de diseño industrial, tendrán muy en cuenta en su aprendizaje el vandalismo, al que continuamente se ven sometidos los elementos urbanos.

Diego Gómez, coordinador del curso, recuerda que el lema de esta formación es "de la trinchera al bolardo", este último, como la barrera del respeto y del civismo. "El vandalismo se tiene muy en cuenta" dice Gómez pero asegura que hoy en día la tecnología, los materiales y el conocimiento ayudan a que el mobiliario urbano perdure.

Respecto a las tendencias del diseño habla de la multifuncionalidad. A la hora de diseñar un banco, por ejemplo, hay que tener en cuenta aspectos tan dispares como la accesibilidad y comodidad para un mayor, con la colocación de un reposabrazos hasta la resistencia para soportar un "botellazo". Las tendencias las marca el entorno, la ciudad y sobre todo los usuarios de la zona.

"Muchas posibilidades"

Los responsables del curso han seleccionado la Alameda de Cervantes de Soria para idear los proyectos. "Nos han ofrecido este parque que tiene muchas posibilidades de actuación, tiene una historia compleja y que es muy querido por la gente", dice el coordinador, incidiendo en que desde el punto de vista de las actuaciones prácticas tiene "posibilidades de proyecto muy ricas".

Pretenden realizar un ejercicio conceptual; pero en una situación de realidad. Los organizadores del curso tienen previsto realizar prototipos y si la calidad de los trabajos lo merecen se materializarán los proyectos y se expondrán en público a partir de enero en Soria.

Las conversaciones con el Ayuntamiento de Soria se materializaron en una visita previa de los responsables y una posterior de los alumnos el pasado viernes, después de valorar distintos espacios de Castilla y León. Según el Concejal de Servicios Locales, Javier Antón, los responsables del curso instaron al consistorio a que concretara una zona de especial interés para el estudio dentro del área verde. "Sin ningún tipo de compromiso, eso que quede claro, por parte del Ayuntamiento para desarrollar esa línea, les dimos varias ideas", comentó Antón. La idea que cobró más fuerza fue actuar en el entorno de la biblioteca de verano donde cabe la posibilidad de instalar bancos de lectura individual. La línea de diseño se podría extender a otras zonas o elementos con posterioridad. "Cuando nosotros tengamos que tomar una decisión como grupos políticos o como técnicos, el contar con un estudio tan concienzudo como el que seguramente harán estos alumnos va a suponer una ventaja", añadió el responsable municipal.

El contar con un estudio tan concienzudo como el que seguramente harán estos alumnos va a suponer una ventaja

Los alumnos conocieron qué tipo de intervenciones se han realizado en el parque a lo largo de los años. La última, el alquitranado de los caminos de la dehesa. Desde el equipo de gobierno piensan ya en resolver los problemas que está generando el taponado de algunos sumideros de agua o la altura a la que han quedado los bancos respecto al suelo.

Una dehesa de 1.119

La Alameda de Cervantes, más conocida como Dehesa, se ha mantenido en el tiempo como punto de encuentro social. Es el pulmón de la ciudad, se extiende a lo largo de 9,23 hectáreas y cuenta con 127 especies diferentes de árboles y arbustos. Su origen data de principios del siglo XII, cuando el abad del monasterio de San Millán de la Cogolla destinó a esta superficie el uso de alimento para el ganado. El cabildo de la Colegiata de San Pedro disfrutó de esta propiedad hasta el siglo XVII. En 1594 se plantaron los primero álamos, sauces y olmos y se amplió el recinto de la ermita de la Soledad. Fue en 1621 cuando se destinó al paseo público. La Rosaleda, los paseos y la parte baja con jardines se construyeron en los años 40 después de la Guerra Civil.

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