Cine español y literatura, una relación no siempre desacertada

  • Este viernes, 3 de marzo, llegó a los cines 'El guardián invisible', primer libro de la Trilogía del Baztán escrita por Dolores Redondo.
  • En la relación entre cine y literatura de autores españoles han destacado títulos como 'La colmena', 'Los santos inocentes' o 'Celda 211'.
  • Algunos grandes clásicos, como 'El Quijote' o 'La Celestina' siguen pendientes de una buena adaptación para la pantalla grande.
Luis Tosar y Alberto Ammann protagonizaron la adaptación de 'Celda 211'
Luis Tosar y Alberto Ammann protagonizaron la adaptación de 'Celda 211'
Vaca Films
Luis Tosar y Alberto Ammann protagonizaron la adaptación de 'Celda 211'

Best-sellers y clásicos de nuestra literatura. La letra impresa, aunque sea en "tinta" digital, como inspiración para las películas. Una relación que no es nueva pero que el pasado viernes, 3 de marzo, conoció un nuevo capítulo con el estreno de El guardián invisible, la primera entrega de la Trilogía del Baztán. Escrita por Dolores Redondo, ha vendido más de un millón de ejemplares en España y ha sido traducida a 20 idiomas.

El director, Fernando González Molina, ha declarado que para la adaptación al cine han tenido que dejarse personajes e historias, "toda la información que tiene que ver con personajes satélites y con la historia del valle, la presencia de la Inquisición, y los juicios por brujería", pero respeta las tres líneas esenciales de la novela: el matriarcado, la trama policial y la parte mitológica, aunque no les de la misma importancia.

Surgidas a partir de novelas de autores españoles, el éxito más reciente en cines fue también dirigido por Fernando González Molina y se estrenó a finales de 2015. Se trata de Palmeras en la nieve de Luz Gabás, y que protagonizaron Mario Casas y Berta Vázquez. Entre las que prometen, este año llegará Oro, adaptación de la novela de Arturo Pérez-Reverte. La ha dirigido Agustín Díaz-Yanes con un reparto encabezado por Raúl Arévalo, Bárbara Lennie, Óscar Jaenada, José Coronado y Juan Diego.

En las comparaciones, las obras cinematográficas tradicionalmente siempre han salido mal paradas. Pero hay adaptaciones de libros que han resultado modélicas en su traslación a la gran pantalla. Entre las mejores una que no lo tenía nada fácil, por la cantidad de personajes y tramas, como era La colmena, y escrita por un autor de tanto carácter como fue Camilo José Cela. Sin embargo la película, que dirigió Mario Camus, contó con un reparto que incluía lo mejorcito de nuestro cine en la época —1982 fue cuando se estrenó—, con José Sacristán, Charo López, Ana Belén o Francisco Rabal. Ganó el Oso de Oro en Berlín, y hoy en día aún es una de los largometrajes españoles más valorados.

El director Mario Camus se superó a sí mismo con otra adaptación, la de la novela de Miguel Delibes Los santos inocentes. Estrenada en 1984, es una de las obras maestras del cine español. Un retrato desgarrador de la España más profunda, analfabeta y mísera, pero poblada de humanidad. Los menos afortunados sumisos a las órdenes de caciques y familias bien. Resulta imposible olvidar las interpretaciones de Alfredo Landa y Francisco Rabal. Ambos ganaron la Palma de Oro al mejor actor en Cannes.

Fueron un éxito de taquilla, al igual que Celda 211 (2008) o Días contados, solo que estas también arrasaron en su momento en los premios Goya, que empezaron a otorgarse a partir de 1987 —premiando las películas del año 1986—. El crítico de cine y cineasta Daniel Monzón logró que la adaptación de la novela de Francisco Pérez Gandul, un thriller carcelario que protagonizaron Luis Tosar y Alberto Ammann, rebasara los 12 millones de euros de recaudación en taquilla, y que fuera la gran triunfadora de los Goya con 8 estatuillas. Los mismos que se llevó Días contados —aunque todavía ostenta el récord de más nominaciones con 19—, adaptación de la novela de Juan Madrid dirigida por Imanol Uribe, y con un personaje etarra como protagonista (Carmelo Gómez).

El sur (1983) dirigida por Víctor Erice está también considerada como una de las mejores de nuestra cinematografía. El director vizcaíno nos trasladó a un caserón y parajes del norte —el otro extremo, el sur, ambientado en la población de Carmona formaría parte de una segunda entrega que nunca llegó a rodarse—, para hablarnos del contraste del mundo de los adultos con el de los pequeños, y del paso de la infancia a la madurez. Sus imágenes convirtieron en poesía pura las páginas escritas por Adelaida García Morales.

La obra de Benito Pérez Galdós ha conocido al menos dos grandes adaptaciones en la gran pantalla. Una fue Tristana (1970), dirigida por Luis Buñuel y con Catherine Deneuve y Fernando Rey frente a las cámaras; la otra es la versión de El abuelo (1999) que realizó José Luis Garci con un enorme Fernando Fernán Gómez como protagonista.

Hermosas y rodadas con exquisita sensibilidad fueron La lengua de las mariposas (1999), alumnos y maestros poco antes del estallido de la Guerra Civil Española y esa constatación que las guerras y odios no entienden de los hechos extraordinarios que nos ofrece la vida. Basándose en un cuento de Manuel Rivas, José Luis Cuerda plasmó una de sus mejores películas junto con El bosque animado (1987), adaptación de la novela de Wenceslao Fernández Flores.

Grandes clásicos de nuestra literatura, pero no en cine

En la relación de mejores adaptaciones de autores españoles han destacado otros excelentes títulos como El viaje a ninguna parte (1986) de Fernando Fernán Gómez, las dos entregas de El lute (1987 - 1988), Si te dicen que caí (1989) —según la novela de Juan Marsé—, o El perro del hortelano (1996) —adaptación de una comedia de Lope de Vega—, así como la sórdida adaptación de Pascual Duarte de 1976, también basada en una obra de Camilo José Cela.

En cuanto a los grandes clásicos de nuestra literatura, El Quijote aún tiene su asignatura pendiente en forma de gran película. Platero y yo de Juan Ramón Jiménez fue objeto de una al menos curiosa versión en cine en 1965. El libro de buen amor, del Arcipreste De Hita, fue utilizado para una lamentable adaptación en los 70 para aprovechar el tirón del cine erótico y clasificado "S". Tampoco mejor suerte han tenido las adaptaciones del clásico La Celestina de Fernando Rojas, sus versiones más conocidas fueron las de 1969 y la de 1996.

De la literatura erótica de autores más contemporáneos han destacado Las edades de Lulú (1990), con el director Bigas Luna adaptando la novela de Almudena Grandes; Son de mar (2001), de nuevo Bigas Luna inspirado por un relato de Manuel Vicent, o La pasión turca (1994) aceptable adaptación de la obra de Antonio Gala dirigida por Vicente Aranda.

Seis curiosidades en blanco y negro

El clavo, de Rafael Gil (1944). Basada en un relato corto de Pedro Antonio de Alarcón. Ambientado en la España decimonónica, su atmosfera romántica, de intriga, de realidad y fantasía la convierte en una de las pequeñas joyas del cine español de la década de los 40.

La torre de los siete jorobados, de Edgar Neville (1944). Una de las rarezas de nuestra cinematografía, y también una de las mejores muestras del cine fantástico español. Mezcla de costumbrismo y surrealismo basado en la adaptación de una novela del madrileño Emilo Carrere.

Locura de amor, de Juan de Orduña (1948). Adaptación de la obra de Manuel Tamayo y Baus sobre la tragedia íntima de la reina Juana I de Castilla (intepretada por Aurora Bautista), hija de los reyes católicos y casada con Felipe el Hermoso. También dio lugar a otra película, Juana la loca (2001), protagonizada por Pilar López de Ayala.

Marcelino, pan y vino, de Ladislao Vajda (1954). La interpretación del pequeño Pablito Calvo conmovió al público de la época, también es una de las películas más conocidas y queridas de nuestro cine. Basado en un cuento de José María Sánchez Silva, logró una mención especial del jurado en Cannes para la interpretación de Pablito Calvo, y la película logró además el Oso de Plata en Berlín.

El mundo sigue, de Fernando Fernán Gómez (1963). Un despiadado retrato social de la España de los 60, y uno de los títulos malditos de nuestro cine. En su momento ni siquiera llegó a estrenarse en cines. El pasado año tuvo un "reestreno", en salas limitadas, y después se lanzó en blu-ray y DVD con una copia restaurada.

El cochecito, de Marco Ferreri (1969). Considerado como el mejor guionista del cine español, Rafael Azcona también publicó varias novelas. Entre ellas Pobre, paralítico y muerto que dio pie a otra de nuestras obras maestras, con una interpretación inolvidable de Pepe Isbert como el anciano, y una mirada a la vejez tan desgarradora como divertida y humana.

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