El concejal de Seguridad salió ayer al paso para defender que «no hubo racismo» en la actuación policial del 13 de octubre en el local Sol y Luna de la calle Urzáiz. Aquella noche los agentes se personaron en el local al recibir dos denuncias por ruidos. Según las autoridades, la propietaria, de origen boliviano, se negó a entregar la licencia y por ello fue detenida, junto con su esposo y su hermana. Ambas partes coinciden en que hubo una situación tensa. La propietaria ha interpuesto una denuncia por coacción, agresión y racismo y dice tener un vídeo como prueba. Hay abiertas una investigación policial y otra judicial..
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