Del total de víctimas de agresión sexual, una gran parte son niños, según datos de 2015 del Ministerio del Interior. Durante el año, se registraron 3.919 denuncias de abuso sexual a menores, lo que supone más de diez al día, un 5% más que el año anterior, cuando se recogieron 3.732.

En total, durante el 2015, último año del que se tienen datos, se produjeron 35.913 denuncias por actos violentos contra la infancia.

"Cada vez más casos de abuso sexual infantil salen a la luz, pero este delito sigue siendo aún un tabú en nuestra sociedad. La violencia contra la infancia es un problema oculto y las cifras de denuncias son solo la punta del iceberg. Faltan mecanismos para que los niños denuncien y esto hace que muchos casos no se conozcan y permanezcan impunes", explica Andrés Conde, director general de Save the Children en España.

"Medir la violencia contra los niños es muy complicado", coincide Ana Sastre, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de la ONG. "Es una de las demandas que hacemos, debería medirse esta realidad de una forma más sistemática para diseñar mejor la intervención".

El hecho de que las denuncias crezcan, no implica necesariamente que así lo hagan las agresiones. Según explica la organización, este tipo de delitos generan estigmas que dificultan que las víctimas lleguen a denunciar.

A esto se suma la vergüenza y la incomprensión que se asocian a estos abusos y el hecho de que, en ocasiones, las agresiones nacen del círculo de confianza del menor, ya sea la familia, el colegio o en actividades extraescolares.

Más allá de que las denuncias hayan aumentado porque las víctimas están dejando de ocultar la realidad o porque, efectivamente, se producen más agresiones que antes, la organización concluye que el aumento obliga a las instituciones a actuar. "El hecho de que estén incrementado sigue poniendo de manifiesto la necesidad de abordar el problema".

Aún así, desde la organización se muestran convencidos de que hay una realidad escondida. "Hay que mirar las 'proezas' que realizan algunos niños para denunciar, que graban a sus agresores para demostrar que están siendo agredidos", ejemplifica Sastre.

De las 3.919 denuncias, 2.066 corresponden a niños de hasta 13 años y el resto, 1.853, a menores de entre 14 y 17 años. En comparación con los datos de hace cuatro años, las denuncias se han incrementado un 19%, cuando se registraron 3.177.

De las denuncias contra la libertad sexual de menores, un pequeño porcentaje los constituyen las agresiones sexuales con penetración, en concreto, 291. Lo que supone un 15,4% más que el año anterior.

Para animar a que las víctimas denuncien, Sastre apunta a enseñar a los niños a identificar cuando están siendo víctimas de la violencia y que el entorno no tolere la situación. “Cualquier persona que tenga sospechas que alerte y active la alarma”, afirma.

Save the Children pide que se modifique el Código Penal para que este tipo de delitos no prescriban hasta que la víctima cumpla 30 años. En España, cuando el afectado alcanza la mayoría de edad, dispone de un tiempo determinado, entre 5 y 15 años, para denunciar. Si se pasa el período establecido, el delito prescribe y el abusador queda impune.

"En muchas ocasiones las denuncias de estos abusos sexuales no son realizadas por las víctimas hasta que se encuentran en su edad adulta. Generalmente las víctimas no son capaces de entender y enfrentarse a los abusos vividos hasta ese momento, bien porque la relación de poder ya ha terminado, porque el miedo al abusador ha sido superado o porque no se han visto capacitados emocional y psicológicamente para hacerlo hasta entonces", explica la organización.

Además de una reforma del Código Penal, la ONG también exige una acción conjunta por parte de las administraciones y del Gobierno para prevenir y detectar este tipo de delitos. Un sistema de prevención y atención adaptado a los derechos y necesidades de los menores.

"No se lo estamos poniendo nada fácil a los niños, el sistema no está pensado para que los niños puedan denunciar esto", concluye Sastre.