Según informan desde el Ministerio del Interior en un comunicado, las investigaciones se iniciaron en abril de 2007, a raíz de los robos de 238 paneles solares cometidos en los parques de energía fotovoltaica ubicados en las localidades palentinas de Marcilla de los Campos y Villaviudas.

Las primeras pesquisas permitieron determinar que los detenidos eran de nacionalidad marroquí y que formaban parte de una organización dedicada a este tipo de hechos delictivos. Los presuntos autores de los hechos residían en Madrid, Toledo, Murcia, Valencia y Almería.

Posteriormente, se descubrió que esta organización estaba dirigida por un ciudadano marroquí encargado de indicar los lugares susceptibles de realizar los robos. Una vez localizados, la Guardia Civil estableció una serie de dispositivos de investigación y vigilancia que permitieron la detención de las 20 personas.

Perfectamente organizados

El máximo responsable de la banda seleccionaba el lugar y el momento idóneo para la perpetración de los robos, generalmente lugares próximos a vías rápidas de comunicación para una mejor huida del lugar si fuese necesario.

Tras esto, organizaba la ejecución del golpe, contando para ello con aquellas personas de la organización elegidos por su disponibilidad en un determinado momento, o por su proximidad del lugar de los hechos. La banda se dividía en pequeños grupos que se trasladaban a primeras horas de la noche hasta el lugar del robo, utilizando vehículos propios de gran capacidad de carga para facilitar el traslado de las placas.

Los autores accedían a las parcelas forzando las verjas perimetrales, para proceder al desmontaje de las placas. Mientras, los vehículos utilizados se alejaban de la zona y realizaban labores de contra-vigilancia ante una posible presencia de Cuerpos de Seguridad en las proximidades del lugar.

La misma noche del robo, la furgoneta se dirigía a un determinado puerto de la costa mediterránea, donde embarcaba a Marruecos para proceder a la comercialización de las placas sustraídas.