Y todo ello, a pesar de los esfuerzos que realizó ayer el Gobierno de Aragón para tratar de impedir el cierre. Los consejeros de Economía, Alberto Larraz, e Industria, Arturo Aliaga, se reunieron durante buena parte de la mañana con los máximos representantes de la empresa para intentar buscar soluciones a la grave situación económica que atraviesa la fábrica.
El anuncio del cierre cogió por sorpresa tanto a los empleados como a los responsables de la DGA, que todavía mantenían la esperanza de poder salvar los empleos. En la actualidad, la planta se dedicaba a fabricar antenas, cabinas telefónicas y teléfonos fijos, productos de baja demanda.
Una tercera parte de los trabajadores que serán despedidos están incluidos en puestos de trabajo altamente cualificados.
Sin embargo, la evolución del mercado ha hecho que la empresa alemana Siemens haya registrado notables dificultades durante los últimos años para adaptarse a la demanda y sus directivos ya habían planteado hace algunos días su deseo de extinguir el 100% de los contratos en vigor.
Treinta años en la telefonía
Los orígenes de Siemens-Elasa se remontan a hace una treintena de años. Por aquel entonces era un taller de telefonía. Desde entonces ha recorrido un largo camino de diversificación e internacionalización que culminó con la consolidación del centro industrial y de I+D de Zaragoza como Centro de Competencia Mundial de Siemens en Telefonía Pública. En octubre de 2004, y tras una pequeña crisis, Siemens inauguró el Centro de Competencia al tiempo que abría una nueva línea de producción. Poco después comenzaron las dificultades y diferentes procesos de bajas incentivadas y un expediente de suspensión de empleo.
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