Siempre se ha dicho que el rock guarda inquietantes conexiones con el diablo prácticamente desde que Elvis decidió mover las caderas.

De hecho, el propio Rey y un carismático coetáneo como Jerry Lee Lewis fueron acusados de espolear el satanismo en sus canciones.

Posteriormente, bandas capitales en la música de guitarras como The Beatles, AC/DC, Black Sabbath y The Rolling Stonestambién fueron, en mayor o menor medida, asociados a Lucifer.

Pero podemos sospechar, a tenor de lo que a continuación abordaremos, que Led Zeppelin, grupo británico nacido en los 60's y encargado de desviar la historia del rock en los 70's con discos esenciales como IV o Physical Graffiti, ha sido el que más lejos ha llevado esta relación con el más allá.

La banda comandada por el vocalista Robert Plant y el virtuosísimo guitarrista Jimmy Page, que en breve se reunificará para tocar en Londres y cuyo representante anda enfrascado en una agria disputa con eBay por la venta de entradas de ese concierto a un precio abusivo tras haberse adquirido en la web del grupo, no sólo ha provocado histeria por crear música bellísima y atemporal, sino que también ha provocado el pánico.

Buena muestra de ello es el vídeo que encabeza este artículo, y en el que sus alusiones a Belzebú no se limitan a un inocente vocablo en un título, sino que consisten en una serie de reivindicaciones demoníacas que pueden apreciarse al reproducir su clásica Stairway To Heaven al revés.

En sí mismo el visionado de estas imágenes ya resulta perturbador, pero si lo vinculamos a los rumores extendidos como la pólvora a raíz de las presuntas relaciones de la banda con el diablo, la sensación de escalofrío es inevitable.

Y es que el fallecimiento del hijo de Robert Plant fue achacado a las prácticas ocultistas de Jimmy Page, un auténtico devoto de este tipo de rituales. Tanto es así que el deslumbrante guitarrista compró la mansión del citado Aleister Crowell, considerado el practicante de magia negra de mayor renombre del S. XX.

Este dato adquirió una incómoda trascendencia cuando John Bonham, el batería del grupo, falleció precisamente en ese tétrico lugar, noqueado por una sobredosis de vodka con naranja, según la versión oficial.

Jones, al margen

De los cuatro, el único que no hemos citado es al bajista, John Paul Jones. Bien, las habladurías apuntan a que fue el único que no vendió su alma al diablo, y fue por ello por lo que pudo eludir todos los fantasmagóricos incidentes que persiguieron a sus compañeros.

Como puede deducirse, muchas tinieblas envuelven aún a Stairway To Heaven. Por una parte, cabe la posibilidad de que esa lectura hacia atrás esté manipulada, o bien, su traducción haya sido sugestionada para, ante la indeterminación de los sonidos, querer predicar mensajes satánicos.

Pero, por otra parte, es posible que sea cierta, y en ese caso se abriría otro debate... ¿es posible que Lucifer haya marcado las vidas de estos músicos ingleses? ¿O bien ese doble significado de la canción responde sólo a una extraordinaria pericia compositiva y a un afán provocador?

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