La doble fila ya no es un molesto rasgo exclusivo del centro y las principales arterias de Málaga. Los barrios con más comercios sufren también estos aparcamientos indebidos.

UPLB admite que la política municipal de aparcamientos subterráneos ha servido para apaciguar el fenómeno en algunas áreas.

Pero los nuevos parkings han solucionado escasamente la doble fila en aquellas barriadas que sí tienen una vida comercial importante. El fenómeno también se vive en ciertos barrios cuando llega la noche del fin de semana: El Romeral, Nueva Málaga, Echeverría de El Palo y avenida Molière son zonas en las que hamburgueserías y negocios de restauración para jóvenes atraen a fieles usuarios del automóvil para los que la escasez de aparcamiento se suple ocupando carriles.

Y después están los clásicos de lunes a viernes en hora punta. Una docena de calles de la red básica se atestan de doble fila: Alameda de Colón,  Alameda de Capuchinos, La Unión, Carlos Haya y Eugenio Gross, entre otras.