Un sinfín de tentaciones

Durante más de 30 años, la conocida como tienda de Chucherías de Barrenkale ofrece un dulce a los golosos.
Herminia Dierez abre la tienda de chucherías cada día.(Erlantz Bilbao)
Herminia Dierez abre la tienda de chucherías cada día.(Erlantz Bilbao)
Herminia Dierez abre la tienda de chucherías cada día.(Erlantz Bilbao)
Son apenas 10 metros cuadrados, pero en su interior se esconde una gran variedad de productos. Al entrar en la tienda, diferentes clases de gominolas, de todos los colores y formas posibles, dan la bienvenida a los clientes que se acercan a comprar. Las paredes se decoran con bolsas repletas de paquetes e inmensos cajones en los que se almacenan patatas de todos los sabores.

A pesar de sus pequeñas dimensiones, esta tiendita, ubicada en Barrenkale, lleva haciendo sonreír a pequeños y mayores durante las últimas décadas. Herminia trabaja en ella desde hace 17 años, «pero la tienda lleva aquí desde mucho antes». Más de 30 años.

Eso sí, en esto de las chucherías parece que no pasa el tiempo.

«Cada uno escoge lo que quiere, la gente tiene gustos muy distintos y uno nunca sabe cómo acertar». Pero las gominolas y los chicles nunca fallan. Incluso en pleno mes de octubre un cartel de helados nos anuncia dónde está la entrada. Rodeada de bares, el local se encuentra en uno de los lugares más concurridos por los jóvenes los fines de semana.

También para mayores

La vida y el ajetreo del Casco Viejo son uno de los platos fuertes de la capital vizcaína, y de ello hacen gala los comercios, bares y restaurantes que se esconden en estas callejuelas esperando ser descubiertos por los paseantes. Entre todas ellas se encuentra esta tienda de golosinas, que se antoja como un oasis para los más golosos.

Mientras Herminia reordena las cajas, una joven entra a comprar. Busca chicles de clorofila y un paquete de patatas fritas. Algo tímida, pero con el dominio de quien lleva años desarrollando este trabajo, le enseña la amplia variedad de sabores de la que dispone, jamón, queso, barbacoa…

Uno de los paraísos de los más pequeños son las tiendas de golosinas, en las que encuentran un sinfín de tentaciones que llevarse a la boca. Pero en Barrenkale es diferente: «Aquí entran pocos niños, sobre todo vienen adolescentes que suelen estar por estas calles o adultos» asegura. Durante estos últimos años, Herminia ha sido testigo del ambiente que se vive en la parte vieja del Botxo. Sin embargo, para ella, eso no es lo más importante, «lo mejor de la tienda es que conoces a la mayoría de la gente, porque viene cada día a comprar».

Un aviador entre golosinas

Desde hace 17 años, Herminia se mete detrás del mostrador de su tienda para saciar los antojos de todos los golosos que entran a comprar. Durante todo este tiempo ha vivido situaciones divertidas. Sin embargo, aquella que recuerda con más cariño es la visita que le hizo un aviador que vivía por la zona. «Estuvo viniendo a comprar a la tienda con frecuencia», recuerda Herminia, pero un día dejó de venir. El aviador volvió a Bilbao y uno de los lugares que quiso recordar fue la tienda de Barrenkale; «me hizo mucha ilusión», dice ella.

Su historia

Nombre del comercio: No tiene uno oficial, aunque se le conoce como Tienda de Chucherías de Barrenkale.

Nombre de la encargada: Herminia Dierez.

Fecha de inauguración: Lleva abierta varias décadas, pero a cargo de Herminia desde 1990.

Poductos a la venta: Gominolas, patatas, helados...

Ubicación: Barrenkale, 17.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento