En un desayuno informativo sobre dependencia organizado por 'Diario de Avisos', ha confesado que siente "huérfano" ante el progresivo desmantelamiento de una ley que tiene su autoría, y ha avisado de que las necesidades de los dependientes van a ser "masivas" a partir de 2040, con más personas mayores de 65 años que población activa.

En su opinión, la dependencia debería atacarse como una "política de Estado" porque es un sector que está en el "corazón" del sistema productivo del país, igual que la industria, con la ventaja de que no se deslocaliza.

En esa línea, ha dicho que solo la construcción puede generar más empleos, pero ha dejado claro que no volverá a haber una expansión inmobiliaria como la de hace una década.

A diferencia del PP, ha dicho que en 2010, cuando ya había crisis, el Gobierno de Zapatero aumentó los fondos en más de 400 millones de euros para estimular al sector, y en 2012, Rajoy hizo lo contrario, recortó y se perdieron 60.000 ocupados. "No se ha valorado bien el impacto económico del sector por prejuicios", ha señalado.

A su juicio, España podría ser "un país de acogida" para prestar servicios dependencia de alta calidad, y por ello, ha reclamado que el Plan Juncker recoja inversiones en el terreno sociosanitario para "no perder el tren" del progreso social. "Hay 500.000 empleos esperando", ha destacado.