Los establecimientos han tenido que colocar lonas y los vecinos cuyas ventanas dan a esta calle han ido haciendo las maletas. Apuntan que la cubierta les ha quitado luz y visión.
Botellón a cubierto
La gota que ha colmado el vaso de los vecinos es el botellón, que ha encontrado un lugar resguardado de la lluvia en pleno corazón de una de las zonas de marcha. Y temen que las concentraciones nocturnas vayan a más cuando se inaugure el centro comercial A Laxe y tras su hora de cierre los jóvenes se vayan a la calle de las ostras.
Las soluciones llegan, pero no agradan a todos ya que se acometerán reformas, pero la cubierta seguirá allí. Los presupuestos municipales para 2008 incluirán obras, se considera incluso la posibilidad de que sea descubierta en verano. Posiblemente, la próxima semana un arquitecto visitará la zona para diseñar el nuevo proyecto.
¿Turismo o ‘botellón’?
Enrique Iglesias, 73 años. «Yo creo que así está mejor porque ha quedado más recogido». Este vecino considera que la cubierta es positiva porque ayuda al negocio y esto revitaliza la zona. Aunque reconoce que el botellón ha aumentado.
Irene García, 23 años. «Para el turismo está muy bien». Irene llega cada día con un grupo de turistas a la zona y cree que para este sector ha sido muy buena idea. En cuanto al botellón, opina que ni suprimiendo la cubierta se evitarían los problemas.
Vicente Abad, 78 años. «Si se lo preparan tan bien, ¿cómo no van a venir?» Así de lógico es el razonamiento de este vigués, que recorre la zona a diario, sobre los que practican botellón. Para él esta actividad es algo inevitable en la zona.
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