La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado este viernes que "morir sale caro en España", donde un entierro sencillo cuesta de media unos 3.500 euros que los ciudadanos pagan sin apenas posibilidades de elección, dada la escasa competencia y transparencia en el sector funerario.
Un coste que se ha doblado desde 2003 y que incluye el féretro, el apartado más caro con 1.200 euros de media; otros 100 euros por una corona de flores; el alquiler del tanatorio (algo más de 500 euros por 24 horas) y de un nicho, que puede llegar a costar 1.500 euros por cinco años, o la lápida, que también se abona aparte.
La cremación no sale mucho más barata y su coste guarda relación con su alternativa, la inhumación, situándose el precio medio en los 657 euros.
En todos estos precios la OCU ha advertido diferencias sustanciales de unas ciudades a otras, ya que un entierro en Cuenca, Tenerife o Las Palmas cuesta la mitad que en Vigo o Ciudad Real.
Los seguros por decesos están bien vistos entre los españoles por su comodidad, aunque la organización de consumidores avisa de que no son rentables: el valor acumulado de las primas pagadas por este tipo de pólizas supera muchas veces el del propio sepelio, por lo que recomienda ahorrar para no dejar ese gasto a los familiares.
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