Elhadji Babacar Mybaye, senegalés de 36 años, guarda como oro en paño aquel libro que leyó durante sus ocho días, casi 200 horas (y solo 4 de luz natural), hacinado en una minúscula y sucia celda del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) en Murcia. El mismo centro que hoy visita cada lunes para ayudar a otros internos que como él han pagado con algo "peor que cárcel" una simple falta administrativa: estar en situación irregular como inmigrante.

Esa novela, La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro, es para Babacar, como le llaman en la ONG Murcia Acoge, donde trabaja asesorando a inmigrantes, el único buen recuerdo de su injustificado ‘encarcelamiento’ en el que prácticamente no dormía, vio con sus "propios ojos" las palizas que le propinaban policías a internos o le negaron una ducha y ropa tras dos días sin poder asearse.

"Siento dolor al decir esto, pero... ¿qué piensan al encerrarnos ahí? ¿ que dormimos en árboles? Si nos dan solo un colchón de dos centímetros en una litera cuando no hemos cometido ningún delito, ¿piensan que no soy humano?", se cuestiona Babacar con indignación en conversación con 20minutos. No le tiembla la voz al decir que "la gente que está en una cárcel vive mejor que en un CIE". Afianza sus declaraciones contando detalles de su experiencia como interno.

De aquellos ocho días, de hace cinco años, en los que se sintió tratado "como un terrorista" y compartió furgón y centro con delincuentes, tiene guardada en su memoria escenas terribles, que según le cuentan los actuales internos, se siguen repitiendo a diario.

"No teníamos derecho a nada, vigilados con cámaras, siempre estaban mirándote. En la celda había seis literas con una ventana cerrada y tapada, sin prácticamente luz. He visto con mis propios ojos dar palos a la gente para meter miedo".

El motín de la madrugada del miércoles en el CIE de Madrid le hace plantearse si vale para algo estas protestas. "Mucha gente no conoce lo que pasa ahí. Hoy los políticos están en la puerta del CIE, pero es muy triste que ellos mismos no vayan a ver lo que hay dentro. No lo saben. Si son gente que tienen sentimientos deberían cambiar algo", afirma este senegalés residente en Murcia.  Para el Gobierno, que sigue permitiendo lo que vivió, Babacar tiene una pregunta. "¿Por qué los CIE? Que me respondan a esto, ¿por qué?".