El robo tuvo lugar el pasado mes de abril en el interior de un garaje, al que se accedió a través de una pequeña ventana situada a unos 3,5 metros de altura.

Los agentes encargados de la investigación sospecharon de un preso sobre el cual existían denuncias por violencia de género en las que se mencionaba un arma de fuego y sobre quien constaba una prohibición de tenencia y uso de armas.

El encarcelado estaba próximo de ser liberado y, por ello, la Policía Nacional procedió al registro de su domicilio, una planta baja de Maó en el que actualmente vivía una pareja de amigos, ambos con numerosos antecedentes policiales.

El registro tuvo lugar el día 7 de octubre y durante éste se averiguó que el arma había sido arrojada al patio del inmueble del vecino, quien hizo entrega voluntariamente de la escopeta los agentes junto con la munición.

Por todo ello, se imputa al preso un delito de tenencia ilícita de armas y dos robos con fuerza, además de un delito de violencia de género por las amenazas hacía su expareja, sin perjuicio de las posibles responsabilidades penales en las que pudieran incurrir los moradores de la vivienda como encubridores.