En el encuentro, que ha tenido lugar en el Salón de Plenos de la Diputación Provincial de la capital regional, se ha procedido a la lectura de la Memoria del Curso 2015-2016 por el académico secretario Santiago Sastre Ariza, la lectura del discurso inaugural por el académico numerario Ramón Sánchez González, así como a la entrega de títulos y medallas a los nuevos académicos.

Durante su intervención, el consejero de Educación, Cultura y Deportes, que ha clausurado con sus palabras el acto, ha puesto en valor que a todas las instituciones les una, no solo en este acto, sino en su responsabilidad diaria, un mejor conocimiento, respeto, protección y conservación de la historia y el patrimonio de Toledo, "recogiendo siempre el sentir de sus habitantes y también el de todos los que nos visitan", ha informado la Junta en nota de prensa.

En el acto también han estado presentes el presidente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Jesús Carrobles; el presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez; y el vicealcalde de la capital regional, José María González.

ÁLVARO GUTIÉRREZ

El presidente de la Diputación de Toledo agradecía a la Academia elegir la Diputación para celebrar un acto tan importante y simbólico, en el que ha compartido mesa presidencial con el consejero de Educación y Cultura, el vicealcalde de Toledo y el director de la Academia.

Gutiérrez ha hecho un reconocimiento expreso al trabajo y la defensa que la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (RABACHT) realiza del patrimonio y de la cultura de la provincia de Toledo con motivo de la inauguración del Curso Académico 2016-2017 de esta institución.

Un reconocimiento que expresaba durante su intervención asegurando que "es un honor abrir las puertas de la Institución provincial, el ayuntamiento de ayuntamientos, para celebrar un día tan importante y solemne como el de hoy", ha informado la Diputación de Toledo en nota de prensa.

Aludía el presidente de la Diputación a la solemnidad y simbolismo del acto de inauguración del Curso Académico en el que también se han incorporado los nuevos miembros correspondientes a quienes felicitaba y consideraba que enriquecerán la labor de la institución al ser "nueva savia procedente de los pueblos toledanos aportando ese conocimiento local, literario, cultural de la provincia".

"Ustedes comparten el amor por lo nuevo y por la herencia del pasado, pues con sus investigaciones, sus estudios y sus innovaciones nos ayudan a comprender de dónde venimos y hacia dónde vamos", ha asegurado.

En sus palabras, el presidente de la Diputación recordó los cien años de historia de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo que han cumplió en 2016 y que son "una vida de muchas generaciones dedicada a la investigación, la inquietud y el deseo de aprender compartiendo aquello que se descubre".

Resaltaba el papel que la Academia desempeña en la sociedad toledana, como pilar fundamental, y cómo "no sólo mira al pasado sino también se enfrenta al futuro con la valentía de quien decide conquistarlo".

En este sentido, ponía en valor al impulso que han dado a la investigación audiovisual y fotográfica, "para que la herencia visual y sonora de la provincia de Toledo pueda recuperarse y almacenarse para siempre".

Finalizaba el presidente de la Diputación su discurso ofreciendo su colaboración y la de su Gobierno a la Academia y felicitando de nuevo a los nuevos miembros de la Academia, Vicente Cerrillo, de Castillo de Bayuela; César Egido, de Quero; Miguel Méndez-Cabeza, de Velada; Juan Francisco Palencia, de Consuegra; Juan Antonio Sánchez, de Guadamur; Josué López, de Santa Olalla; y José María Fernández-Serrano, de Escalona.

HISTORIA

La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo se creó el 11 de junio de 1916. En principio, estuvo compuesta por doce Académicos Numerarios fundadores, ampliados más tarde a 21.

Su carácter oficial se estableció por real orden de 29 de mayo de 1917. Por otra real orden de 22 de noviembre del mismo año, se le autorizó el título de Real Academia. Con tal motivo, una comisión de la Corporación fue recibida por el Rey don Alfonso XIII el día 20 de diciembre de 1917, en cuyo desarrollo, el propio Rey se declaró, a sí mismo, académico-protector.

La finalidad de esta Real Academia, según sus Estatutos, es la de estudiar, ilustrar y divulgar el Arte y la Historia de Toledo, fomentando todas las manifestaciones artísticas y cultivando todos los campos de la cultura. Para ello elige sus miembros de número de entre las personas domiciliadas en Toledo, de reconocido mérito artístico o literario que hayan demostrado especial interés por los fines propios de la Academia.

Los correspondientes se eligen entre aquellas personas, residentes en territorio nacional o extranjero, que hayan realizado trabajos notables de arte o relativos al estudio de la historia de Toledo y su provincia, o que reúnan méritos destacados. La Academia puede distinguir con el título de académico honorario a las personas que por sus relevantes conocimientos o por reconocido prestigio.

La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo desarrolla su actividad publicando Memorias anuales y trabajos de investigación de sus miembros.