«Si hablo lo suficiente, malo será que no sea gracioso»

Ignatius tiene una voz dulce modulada por su acento canario. Divertido en la charla, su modosidad poco tiene que ver con la imagen que da en la Paramount Comedy. La misma que esta noche mostrará en el Fórum Célticum.

¿Con qué historias nos va a hacer reír hoy?

Empezaré a hablar y después de un tiempo, tarde o temprano, acaba siendo gracioso. Si hablo lo suficiente, malo será que no sea gracioso.

¿Y de qué hablará?

Ahora cuento algo acerca de Leonor Watling,... sobre su sexualidad.

¿Ha acudido ella a ver su monólogo?

No, pero sí sé que es fan de La hora chanante, así que es como si nos conociéramos.

Con el boom de los monólogos cómicos, ¿no resulta difícil no caer en clichés?

Es un reto. El reto está en evitarlos o si hablas de un tema recurrente, decirlo de una manera que no resulte repetitiva.

¿Cuál es su mejor baza, sus historias o su imagen?

A veces tengo la sensación de que no importa lo que diga, con poner caretos ya hago reír. Cuando empiezo a argumentar, la comedia decae, pero pongo un careto y ya está. Tengo que vivir con ello.

Es que su personaje es especialmente peculiar y también muy histriónico.

La verdad es que no soy consciente de crear un personaje, no es un personaje diseñado. Lo veo más bien como una válvula de escape. En el escenario me siento más libre que habitualmente. Pero si me comportase así en la vida normal, estoy seguro de que perdería bastantes amistades.

¿Siempre ha sido el graciosillo, en casa, en el cole?

Más bien el loco. Me decían loco, loco. Es el sacrificio que yo hago por la comedia.

Bio

Este tinerfeño, habitual de la Paramount Comedy, lleva más de seis años haciendo reír con sus historias.

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