Agacharse para meter los platos en el lavavajillas, conducir un utilitario camino del trabajo o encontrar unos zapatos monos de su número son sólo algunas de las pequeñas odiseas a las que deben enfrentarse cada día Lindsay, Haleigh, Colleen y Nancy, las cuatro protagonistas de Vidas gigantes.

Este nuevo espacio de telerrealidad, que DKISS estrena a las 21:30 horas, mostrará cómo para estas chicas de casi dos metros, atrapadas en un mundo que no está hecho a su medida, lo peor no son los inconvenientes funcionales de su altura, como no caber en los asientos del autobús o del avión o no encontrar ropa de su talla, sino tener que soportar las miradas curiosas, descaradas y a veces inquisitivas de una sociedad que nunca se lo pone fácil a los que se salen del patrón.

Vidas gigantes muestra el día a día de ellas durante seis episodios. Así, veremos a Haleigh, jugadora profesional de voleibol de 23 años, preparando su boda junto a su novio, que necesita subirse a un taburete para besarla; a Collen, de 36, que acaba de trasladarse a vivir a San Diego y trata de encontrar el amor mediante citas on-line; a la espectacular actriz y ex luchadora Lindsay, contratando los servicios de un investigador privado para localizar a su padre, que la abandonó hace 16 años; y a la joven baloncestista Nancy, a punto de graduarse en el instituto, tratando de encontrar un vestido para el baile.

A continuación, a partir de las 23:30 horas, DKISS estrena Mi vida con 300 kilos, un espacio protagonizado por personas que no encajan en los patrones, pero no por exceso de altura, sino de anchura. La serie nos mostrará diversos casos en los que la pérdida de peso no tiene como objetivo mejorar el aspecto del protagonista, sino salvarle la vida.

De esta forma, entre otros, veremos dramáticos casos como el de Olivia, que lleva dos años sin salir del sótano de la casa de su hermana; el de Penny, cuyo sobrepeso le impide levantarse de la cama y cuidar a su pequeño hijo; el de Chuck, que, inmovilizado por sus 317 kilos, ha tenido que dejar en manos de su esposa sus responsabilidades como padre o el de Christina, una mujer casada de 22 años de edad de Mississippi, que no ha salido de su casa en dos años debido a su tamaño. Todos ellos se someterán a delicadas cirugías para recibir un bypass gástrico que les permita controlar su peso y salvar sus cuerpos de una lenta agonía.