Cataluña se encuentra desde el lunes en riesgo muy alto de incendio forestal (fase de alerta nivel 3 o Pla Alfa) y con cuatro puertos de montaña cerrados al tránsito rodado y a pie por orden de Protecció Civil, dado el elevado peligro de fuego (Cap de Creus, Montgrí, Montsant y Els Ports).

La alerta por ola de calor se desactivó este martes por la tarde. Pero a esta situación meteorológica extrema ha contribuido que estos últimos días estén siendo muy calurosos y que los meses de junio, julio y agosto hayan sido igualmente cálidos y secos, con precipitaciones muy por debajo de la media para la época estival.

De hecho, cerca de un 40% del territorio catalán ha recogido lluvias inferiores al 30% de los valores medios en estos meses, un fenómeno solo comparable con los recuentos del año 2012.

Además, en puntos del sur (Terres de l'Ebre) y del oeste (Ponent) no se han llegado a recoger ni 10 mm (milímetros) de agua por metro cuadrado en todo el verano cuando las medias en estas zonas son de 50 mm (Terres de l'Ebre) y hasta 70 mm en Lleida, datos todos ellos del Servei Meteorològic de Catalunya (SMC).

Con cifras en la mano recogidas por el Observatori Fabra de Collserola, este ha sido el 19º verano más seco en Barcelona desde que hay registros (1914), con una cantidad de 53,9 mm. El de 1928 batió el récord, con 4,7 mm mientras que los más cercanos 2012 y 2013 contabilizaron lluvias bastante modestas y menores que las de 2016 (de 42,2 mm y 38,9 mm, respectivamente).

En Lleida, este ha sido el verano más seco desde 1950 y en Tarragona (Observatori de l'Ebre) con 12,3 mm de lluvia, solo se conocen tres veranos más secos: el de 1969, con 4,8 mm;el de 1985, con 7,2 mm y el de 1994, con 10,5 mm.

Para dar respuesta a episodios de escasez de agua, el Govern está preparando un plan –ahora en exposición pública– que permitiría que el agua de la depuradora del Prat se pueda usar para beber en episodios graves de sequía (con los embalses a menos del 25% de su capacidad).

A pesar de que no se han registrado olas de calor propiamente dichas, el verano barcelonés, con 23,7 grados de media, ha sido el décimo más cálido que se conoce. Pero el anterior, el de 2015, fue aún más caluroso con 24,2 grados, cerca de los 24,6 grados registrados en 2009.

El récord de calor lo marcó 2003 con 26,7 grados. Así se entiende que este verano no se hayan batido récords de temperatura ni que los expertos puedan hablar de «calor excepcional», como explica Laura Barbería, técnica de servicios climáticos del Servei Meteorològic.

En la madrugada de esta martes, los Bombers de la Generalitat dieron por controlado el incendio forestal de Vilamitjana, en Montferrer i Castellbò (Alt Urgell).  El fuego lo provocó una máquina agrícola que se incendió y ha calcinado entre 13 y 15 hectáreas de vegetación.