Desde el 2006 esta organización, que aglutina a vecinos de diferentes municipios de la comarca (Anaya, Martín Miguel, Juarros de Riomoros, Garcillán y Valverde del Majano), se ha venido quejando de los diferentes problemas derivados del mal funcionamiento de las plantas de residuos de Martín Miguel y Los Huertos. El año pasado se incendió el Centro de Tratamiento de Los Huertos, originando una acumulación desproporcionada de basuras sin tratar en el depósito de rechazos de Martín Miguel, un centro que para nada estaba preparado, como así lo denunció la Federación de Asociaciones del río Moros .

Para este movimiento vecinal el origen de todos sus males vino con la construcción de la planta de basuras de Martín Miguel. Advierten de que su ubicación no es la más idónea para este tipo de instalaciones al quedar entre dos arroyos y a tan sólo 500 metros del río Moros. La Federación advierte también  del  grave problema para la salud pública y el medio ambiente que puede originarse si las filtraciones de las basuras que allí se acumulan llegan a tener contacto con las aguas cercanas.

¿Cómo lo ven desde los ayuntamientos afectados?

20 Minutos ha querido preguntar a los distintos alcaldes de los pueblos afectados por este asunto. Pese a llamar insistentemente sólo en Garcillán han accedido a respondernos. Nos ha atendido la concejala de Medio Ambiente, Ascensión Arribas (PSOE), que nos ha confirmado todo lo que la Federación de Asociaciones de Vecinos del río Moros ha manifestado.

"Ha habido olores durante todo el verano, olores horribles y constantes volados de los camiones" nos comenta Ascensión, y ahora mismo "seguimos con los mismos problemas". "Llegan camiones cargados con todo tipo de residuos", cuando sólo pueden tratarse allí desechos muy específicos, explica. "Hemos pedido información de lo que pasa en la planta de Martín Miguel pero la Junta, el Ayuntamiento de esta localidad y el Consorcio Provincial de Medio Ambiente lo llevan todo muy de tapadillo".

La concejala ha encargado un análisis del agua del pueblo para asegurarse de su calidad por temor a que estén contaminadas. Nos cuenta que no se permite a nadie acceder al centro de rechazos y que "cuando ven a alguien por allí llaman a la Guardia Civil". Pero no sólo la planta de Martín Miguel es un peligro para la zona, Ascensión nos relata que en la de Los Huertos vio dos cigüeñas muertas en "un agua asquerosa", pero las aves no murieron ahogadas, sino "envenenadas,como después se pudo comprobar".

Llamamos al presidente del Consorcio Provincial de Medio Ambiente

Tras probar a llamar una y otra vez dejamos por imposible el ponernos en contacto telefónico con los alcaldes de los otros pueblos afectados. Es turno de dar voz a otra de las partes implicadas, el Consorcio Provincial de Medio Ambiente, que es el organismo dependiente de la Diputación Provincial de Segovia encargado de la gestión de los residuos que genera la provincia.

Aquí tenemos más suerte y nos atiende amablemente su presidente, José Martín Sancho. Le hacemos un resumen de todo lo que hemos leído y escuchado y nos declara que "las posibles filtraciones en Martín Miguel están controladas", llevándose a cabo "un control exhaustivo". "No hay tampoco ya ni olores ni voladuras de residuos desde los camiones cuando llegan al centro", además "sólo llegan allí los residuos que puede tratar la planta y ningún otro como se afirma". Es consciente el presidente del Consorcio de la denuncia interpuesta por la Federación y afirma en este sentido que "estamos deseosos de que dé comienzo el proceso judicial para que se aclare todo esto".

José Martín va más allá y nos quiere dejar claro que tras estas denuncias y estas manifestaciones hay un doble trasfondo que poco o nada tiene que ver con esos problemas que se denuncian. Por un lado está el tema político; para el presidente del Consorcio las personas que integran la plataforma de vecinos son de una ideología determinada, de forma que si los responsables de todo esto "fueran de otro color político no dirían nada". La otra parte del trasfondo es la nula "disposición al diálogo por parte de esta Federación de Asociaciones del río Moros". Termina declarando que "no sólo los residuos de Martín Miguel huelen por allí, la gente puede confundirse con el olor de los purines..."

El caso sigue abierto y los perjudicados son los de siempre; los vecinos de la comarca.

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