Cantando condena

El grupo Próximo Objetivo, formado por 15 reclusos de Villanubla, actuó ayer ante 200 compañeros de prisión para celebrar su patrona, La Merced.
Integrantes de la banda, ayer, durante uno de los momentos de su actuación en la cárcel de Villanubla.(Fernando Blanco)
Integrantes de la banda, ayer, durante uno de los momentos de su actuación en la cárcel de Villanubla.(Fernando Blanco)
Integrantes de la banda, ayer, durante uno de los momentos de su actuación en la cárcel de Villanubla.(Fernando Blanco)
Un, dos, tres, ¡caña! Y al ritmo de El Canto del Loco comenzó el concierto ante un auditorio de 200 reclusos de la cárcel de Villanubla. Sobre el escenario, una banda formada también por internos: Próximo Objetivo. «Nos llamamos así porque hay algo más después de esto, y ésa es nuestra próxima meta», cuentan sus miembros.

Tocaron canciones de Maná y Duncan Dhu, pero se atrevieron también con un bolero y con el mítico Llamando a las puertas del cielo, de Bob Dylan, y en inglés, por si fuera poco, aunque no pueden camuflar sus raíces flamencas.

Son todos autodidactas, llevan la música en la sangre y ensayan dos días a la semana, pero tienen sus dificultades. «Desde que empezamos, hace diez meses, algunos han obtenido la libertad, otros han recibido un traslado y hay que volver a acoplarse. De hecho, el teclado es un funcionario porque no había internos que tocaran el piano», confiesa Ángel, el coordinador de la actividad.

Los asistentes al espectáculo de ayer no escatimaron en aplausos, «y en los pasillos nos preguntan cuándo va a ser el próximo concierto –dicen–. Lo hacemos por nosotros... y por ellos».

Lo próximo: voces femeninas

Es una actividad que fomenta la creatividad y que, para los reclusos, supone un gran aprendizaje. Por el momento está siendo una experiencia muy positiva y en Instituciones Penitenciarias se están planteando la posibilidad de incluir voces femeninas de los módulos de mujeres dentro del grupo. Quién sabe si, en un futuro no muy lejano, puede haber hasta un disco.

Cuando bajo de cada escenario

Adil Kouara. 31 años, bajista y presentador. 

«Estamos aprendiendo una de Bisbal»

«Elegimos las canciones entre todos. Las escuchamos y las sacamos de oído. Después nos las enseñamos unos a otros hasta que por fin nos sale bien. Tocamos de otros grupos, pero también hemos compuesto un tema propio, se llama Mi sufrir y habla de la soledad de la celda, de la amistad y de lo que echamos de menos a las chavalas que dejamos fuera. Ahora estamos aprendiendo una de Bisbal».

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