Los hechos se desencadenaron cuando la joven se personó en comisaría y denunció que, cuando se encontraba en una céntrica calle de la capital granadina, intentó mediar en una pelea. Según afirmó, fue zarandeada por ambas partes, y en un momento dado notó que alguien le tiraba con fuerza de la mochila que portaba consiguiendo arrebatársela. Indicó en su denuncia que no pudo ver quién fue debido al alboroto de gente. La mochila contenía su teléfono móvil y las llaves de casa entre otros objetos personales.

Iniciadas las investigaciones por parte de los policías pertenecientes al Grupo de Delincuencia Urbana de la Comisaría de Distrito Centro, pudieron determinar que los hechos podrían haber ocurrido de forma diferente a lo manifestado en la denuncia. En realidad, la joven había perdido la mochila en el interior de una discoteca. Un empleado se hizo cargo de la misma cuando se produjo el cierre del establecimiento, por lo que hizo posible la total recuperación de la mochila y los efectos que contenía.

Verificados ciertos extremos de la investigación, y tras comprobar indicios de falsedad en los hechos motivadores de la denuncia presentada, los agentes procedieron a la imputación de la joven, y las investigaciones cesaron en torno a la sustracción violenta.

Según recuerda la Policía en una nota, cuando en una investigación se reúnen suficientes indicios de falsedad en unos hechos denunciados, la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental pone en marcha un protocolo para reclamar los gastos ocasionados por la investigación de estas simulaciones, que de media están alcanzando de 200 a 1.000 euros y que, cuando la autoridad judicial lo estima ajustado a derecho, son reclamados a los autores de estos hechos, ya que la investigación emprendida supone "una distracción de las verdaderas labores de prevención e investigación de la Policía".