Así lo ha indicado Garrido con motivo de su participación en el seminario 'Vinos de Andalucía, sus maridajes y sus levaduras' dentro de los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) en Carmona (Sevilla).

El director gerente considera que la problemática fundamental es, sin embargo, el desconocimiento de los vinos Montilla-Moriles a nivel nacional, una Denominación de Origen que tiene un total de 5.194 hectáreas y más de 2.361 viticultores y que, enmarcada en la provincia de Córdoba, mejora cada año sus resultados de ventas y se encuentra en una tendencia ascendente beneficiada por la vuelta de los consumidores a los vinos andaluces.

"Hay que aumentar el conocimiento de nuestros vinos. Ese es el principal reto al que nos enfrentamos. Estos vinos han tenido gran importancia fuera de España, son muy conocidos y reconocidos internacionalmente, pero siguen siendo unos grandes desconocidos en el panorama nacional. En este sentido es fundamental el apoyo de las instituciones más allá de la colaboración existente actual", ha advertido Garrido.

Los vinos de Montilla-Moriles tienen "un denominador común" con el resto de de vinos andaluces del Valle del Guadalquivir, afirma el director gerente. El envejecimiento de estos vinos bajo velo de flor por el sistema de criaderas y solera los hace característicos.

No obstante, los factores que diferencian los vinos de Montilla-Moriles del resto son "las extraordinarias condiciones edafoclimáticas de la zona, la variedad Pedro Ximénez con la que se elaboran el cien por cien de los vinos generosos y, por último, el tratamiento y el saber hacer de los agricultores y bodegueros de la zona", ha asegurado Garrido.

El director gerente del Consejo Regulador cree que el alza de los vinos de Andalucía y de Montilla-Moriles no es una moda pasajera, sino que el aumento de ventas "viene para quedarse, puesto que los consumidores han vuelto a considerar al vino un elemento indiscutible de la mesa, el auge del enoturismo viene a corroborar esta tendencia y la región está relanzando de nuevo su ruta del vino", señala.

A la hora de maridar con vinos de Montilla-Moriles, Enrique Garrido recomienda el uso de vinos jóvenes y finos para entrantes, tapas, pescados y productos ibéricos; el uso de olorosos y amontillados -con mayor complejidad- para guisos y carnes magras los primeros y vegetales -como alcachofas o espárragos- los segundos. Por último, Garrido añade que el vino dulce de pasas Pedro Ximénez, podría ser un postre en sí mismo, pero también marida a la perfección con quesos azules o foie.