El emperador de Japón, Akihito, de 82 años, tiene previsto abdicar "en los próximos años" del Trono de Crisantemo, según han informado este miércoles fuentes de la Agencia de la Casa Imperial nipona a la cadena estatal NHK.

Akihito ya ha comunicado su intención de abdicar a su esposa, la emperatriz Michiko, y a su hijo y príncipe heredero de Japón, Naruhito, de 56 años, quienes han acatado su decisión, según señalaron las mismas fuentes.

El emperador ha tomado esta decisión debido a que su frágil estado de salud le impide desarrollar sus funciones plenamente, y ya ha iniciado los preparativos necesarios para garantizar "una sucesión estable", añadieron.

La salud del emperador de Japón se ha visto debilitada en los últimos años, ya que se sometió a una operación coronaria de bypass en 2012 y también sufrió un cáncer de próstata en 2003 tras el que padeció osteoporosis, debido al efecto de la terapia hormonal que se le recetó entonces.

Debido a su edad y a sus problemas de salud, la opinión pública nipona ha debatido en los últimos años la posibilidad de reducir la carga de trabajo de Akihito, quien ha delegado en su hijo Naruhito algunas de las obligaciones de su agenda, como visitas a guarderías o centros de ancianos.

La anunciada renuncia del emperador devuelve el protagonismo a una de las figuras imperiales más escondidas, la de su nuera Masako, esposa del heredero y que desde hace más de una década vive recluida en el palacio imperial.

Las apariciones de Masako son escasas. No tiene agenda oficial y se dedica en cuerpo y alma a intentar superar una depresión de la que su esposo asegura que "está mejor".

En los últimos años solo se la ha visto compartiendo agenda con su esposo en la boda y conronación de los príncipes de Holanda. Masako es íntima amiga de la reina Máxima y abandonó su retiro dorado para acompañarla en los dos momentos más importantes de su vida.

'La princesa triste', como se la conoce en su país, debe su depresión a la imposibilidad de engendrar un hijo varón. Los herederos de Japón tienen una hija, Aiko, pero la legislación del 'trono del Crisantemo' impide a las mujeres poder ejercer el poder. Solo pueden ser emperatrices consortes.

Es decir, si una vez que Naruhito suba al trono Masako no logra engendrar un niño (tiene ya 52 años), a la muerte de su marido su hija Aiko no podrá sucederle.

Previsiblemente lo hará su sobrino, el primer heredero varón nacido en la familia imperial desde el año 1965, y que es hijo de la princesa Kiko.

Masako era una brillante diplomática cuando son tan solo 23 años conoció al príncipe Naruhito, que como en las mejores películas se quedó prendado de la belleza e inteligencia de la joven, una prometedora funcionaria del imperio.

Aceptada la relación por la Casa Imperial y por la propia familia de Masako, de padre diplomático y formada en Rusia y Boston, los príncipes se casaron.

La que parecía la mejor compañera de viaje para el futuro emperador, principalmente por su formación académica y cosmopolita, cedió a la presión de una de las cortes más conservadoras del mundo, donde su papel más importante era el de ser madre de un varón.

Masako, mujer brillante y políglota, no pudo estar a la altura de lo único que se la pedía y progresivamente se retiró de la vida pública, sin poder acompañar a su esposo en los actos oficiales y recluida entre los muros de un palacio milenario.