Moratinos: "Aznar y su Gobierno también deberían asumir su cota de responsabilidad por Irak"

  • El informe Chilcot concluye que la guerra de Irak, en la que participó Aznar, se autorizó "sin haber agotado todas las opciones de paz".
  • El exministro socialista de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, critica la actuación del expresidente: "Fue el comienzo de todo el yihadismo actual".
  • El catedrático de Relaciones Internacionales, Rafael Calduch, considera que "hubo una manipulación de la opinión pública".
  • Aznar apremió a EE UU para mostrar un falso rechazo a la intervención en Irak.
Miguel Ángel Moratinos, durante el encuentro digital con los lectores de 20 Minutos.
Miguel Ángel Moratinos, durante el encuentro digital con los lectores de 20 Minutos.
JORGE PARÍS
Miguel Ángel Moratinos, durante el encuentro digital con los lectores de 20 Minutos.

Un actor principal, un coprotagonista y un actor secundario. Esos son los papeles que el informe Chicolt sobre la guerra de Irak, dado a conocer este miércoles en Reino Unido, otorga a los entonces mandatarios George W. Bush (EE UU), Tony Blair (Reino Unido y José María Aznar (España), por este orden. La investigación concluye que la intervención se autorizó "sin haber agotado todas las opciones de paz", que se hizo de forma "prematura" e "injustificada" y que las consecuencias todavía hoy se siguen pagando. Insuficientes o no, tanto Bush como Blair han dado explicaciones y han admitido errores y fallos de Inteligencia. Blair incluso ha pedido "perdón" y "asumido toda la responsabilidad". Pero Aznar, el tercer componente de esa foto de "unidad" escenificada en Las Azores, no ha dicho una palabra al respecto, a pesar de que aparece mencionado en el informe un total de 17 veces, y a pesar de que se le atribuye haber puesto en marcha junto al entonces primer ministro británico una estrategia de comunicación para hacer creer a la opinión pública "que estaban haciendo todo lo posible por evitar la guerra".

"Aquellos que tomaron la decisión sabiendo que no tenían apoyo jurídico, ni legal ni moral deben dar cuentas. Todos han asumido su cota de responsabilidad y Aznar también debería hacerlo. Pero no solo él, también habría que pedir cuentas a los miembros de su Gobierno, que formaron parte y apoyaron la decisión. Ahora tendrían que explicar cuál es su posición”, afirma al respecto Miguel Ángel Moratinos, antiguo representante de la UE para Oriente Próximo, diplomático y  exministro de Exteriores con el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

"Todo el mundo tiene derecho a equivocarse, pero nadie puede ignorar las enormes consecuencias de aquella intervención", subraya. Para este político y diplomático, la guerra en Irak "abrió la caja de Pandora. No solo por los casi 300.000 muertos y la desintegración de un país, sino porque supuso un cambio total y absoluto en la geopolítica mundial y en las relaciones de seguridad en el mundo”. "Haciendo un repaso histórico, supuso el mayor desastre estratégico de la humanidad. Fue el comienzo de todos los miedos y radicalismos, de todo el yihadismo actual”.

Moratinos recuerda que, antes de la invasión de Irak, cuando era embajador de la UE para Oriente Próximo, él ya dijo que "una intervención militar en Irak desataría toda la calle árabe en contra y que supondría desestabilizar a todo Oriente Medio”. Y Aznar, a través de su consejero diplomático, que entonces era Ramón Gil-Casares, le dio “un toque de atención” para que se callara con el argumento de que "él no era nadie para cuestionar la estrategia de EE UU". "El informe es tremendamente objetivo y demuestra lo que ya sabíamos", y es que “el iraquí era un régimen autoritario, pero que se podía haber transformado sin necesidad de una intervención internacional que fue, además, ilegal y contraria al derecho internacional”, sentencia.

Esta última idea es compartida por Rafael Calduch, catedrático de Relaciones Internacionales y exdiputado de UPyD, para quien el informe Chilcot, una investigación independiente que ha durado más de siete años, trae muy pocas novedades. "Lo que aporta es la comprobación y confirmación de algo que ya se sabía y se había hecho público, y es que efectivamente no había constancia de que hubiese armas de destrucción masiva”.

"Se manipularon informes de inteligencia"

Calduch habla de "manipulación de informes de inteligencia", y expresa sus dudas de que el Parlamento británico tuviera conocimiento de las distintas alternativas que daban los informes de inteligencia, que mostraban dudas sobre la existencia de dichas armas de destrucción masiva. "Lo más contundente que demuestra la investigación es que hubo una manipulación de la opinión pública, y en el caso británico, puede que también del Parlamento, porque puede que le plantearan una de las opciones que recogían los informes de inteligencia como si fuese la única”, sin contemplar la opción de agotar la vía diplomática. “No se actuó con lealtad institucional”, añade.

Sin embargo, echa un capote a Aznar, del que dice que cometió el error de fiarse de Bush y Blair. "No creo que viera informes decisivos, sino lo que quisieron enseñarle… Creo sinceramente que fue manipulado". A su juicio, la del expresidente español "fue una decisión inducida, pero errónea", por lo que "debería dar explicaciones, igual que hicieron Bush y Blair en su momento". "Tendría que hablar, aunque fuese para decir ‘me engañaron’, pero hay que hacerlo. Pero si no lo hizo antes, cuanto tenía responsabilidades políticas y un compromiso con los ciudadanos, no lo hará ahora".

Calduch considera que el papel de España fue de "apoyo diplomático" y "mediático", no de "tropas operativas" para combatir, y recuerda que "entonces no existía en España la legislación que existe ahora para permitir la intervención de tropas españolas en el exterior (se hizo a raíz de entonces). Ahora, desde que lo aprobó el Gobierno de Zapatero, se exige una resolución de la ONU y que lo autorice el Parlamento.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento