El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha dibujado este martes una nueva Convergència con una "presidencia más representativa e institucional", cargo que sopesa ocupar él mismo, y una "dirección ejecutiva" formada por "unas diez o doce personas".

En declaraciones a Catalunya Ràdio, Mas ha explicado que por ahora, y a la espera de que se postulen otros nombres, solo Germà Gordó y Jordi Turull le han trasladado su predisposición a liderar el nuevo partido, que nacerá en el congreso del 8 al 10 de julio.

Mas ha apuntado que la nueva formación tendrá una presidencia de corte representativo y, si bien ha evitado confirmar que sea este su futuro rol dentro del partido, fuentes convergentes han indicado que "lo más probable" es que ocupe este cargo.

En las últimas semanas, Mas ha consultado múltiples voces dentro de CDC sobre cuál creen que debería ser el papel que juegue él en el nuevo partido.

Los cargos directivos de la nueva Convergència, ha señalado, estarán "separados" de las responsabilidades institucionales y podrán prolongarse como máximo dos mandatos, ocho años en total.

La renovación con respecto a la vieja CDC debe pasar, a su juicio, por figuras que se ha incorporado en los últimos diez o quince años a las estructuras convergentes.

El expresidente de la Generalitat y líder de CDC, Artur Mas, ha negado que haya habido una conspiración en su partido para sustituirle en la que estuviera implicado el exconseller de Justicia Germà Gordó.

Mas se ha referido a la publicación de conversaciones entre el director de la Oficina Antifrau de Catalunya (Oac), Daniel de Alfonso, y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, sobre una operación para situar a Gordó como líder de Convergència, en la que supuestamente estaban implicados empresarios catalanes.

El expresidente ha sostenido que lo explicado por De Alfonso en las conversaciones es solo su versión y no se ajusta a la realidad: "Cuando tienes una conversación explicas tu versión, que puede ser radicalmente diferente a la versión de otro".

Preguntado por si le han llamado Gordó y el presidente de Caixabank, Isidre Fainé -citados en las conversaciones-, ha dicho que el exconseller sí lo ha hecho pero el empresario no: "Por una razón: porque no le da ninguna credibilidad".

Mas ha explicado que Gordó dice haber tenido conversaciones con De Alfonso porque era el "interlocutor habitual" designado por el Govern, aunque no se produjeron en esos términos.

"Para ser claros, fue él [Gordó] quien me dijo a mí personalmente que aspiraba a la sucesión. No se lo dijo a Daniel De Alfonso. Me lo dijo a mí hace mucho tiempo atrás; un año, aproximadamente", ha explicado Mas, que ha dicho que también le ha comunicado su interés de liderar el partido Jordi Turull.

Respecto a la conversación entre De Alfonso y Fernández Díaz sobre la presunta cuenta del exalcalde de Barcelona Xavier Trias en Suiza, ha dicho que "cuando se elaboraba el dossier sobre Trias llamaba él [el ministro] a algunos directores de medios para decirles que se lo creyeran y lo publicaran a todo trapo".

Mas lo ha achacado todo a "una operación perfectamente diseñada por el Estado que utilizaba todas las circunstancias para intentar cargarse a los referentes de la operación soberanista en Catalunya".

Ha dicho intuir que además de Fernández Díaz y De Alfonso hay otros implicados en las conversaciones, aunque ha eludido dar nombres: "Si lo denunciara sin pruebas haría lo que siempre he dicho que no se puede hacer".

Aun así, ha afirmado que "se paga a confidentes para que expliquen versiones que no son verdad, pero que sirven para montar dossieres".