Los brazaletes antimaltrato que con tanto ahínco promocionó el Gobierno regional como receta para combatir la violencia doméstica no son un recurso que utilicen con frecuencia los jueces de la región. Y eso a pesar de que entre marzo de 2006 (cuando se puso en marcha la medida) y agosto de este año se han producido 6.245 órdenes de protección, según datos de la Consejería de Empleo y Mujer. Sólo uno de cada 297 agresores lleva pulsera. Desde que se hizo efectiva la medida, que llegó con un año y medio de retraso, los jueces sólo han ordenado la colocación
Por lo general, se recurre a esta medida cuando el agresor incumple las órdenes de alejamiento o cuando la única opción que le queda, dado su comportamiento, es la pulsera antimaltrato frente a la cárcel preventiva.
Señal de alerta
Los brazaletes son un sistema que consta de una pulsera tipo reloj que se coloca en la muñeca o tobillo del agresor y que no debe quitarse. Este dispositivo transmite una señal que capta un aparato parecido a un busca y que lleva la mujer afectada. Si el maltratador se acerca demasiado, el aparato le avisa y la Policía también recibe la señal. En lo que va de año han muerto en la región 9 mujeres a manos de sus parejas o ex.
El doble de maltratadas
La lacra de la violencia doméstica en la región se resiste a disminuir. La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha duplicado el número de procedimientos por maltrato familiar. En 2006 se practicaron 14.868 diligencias previas frente a las 8.153 de 2005, según datos de la Memoria de la Fiscalía conocidos ayer. La Fiscalía incoó 695.602 diligencias previas, un 2,96% más que el año anterior. Donde más subieron fue en A Coruña, Guadalajara y Toledo.
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