El consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se reunirán el próximo 20 de junio, en plena campaña de las elecciones generales, con el objetivo de desbloquear el tranvía hacia el Hospital Civil y llegar, por tanto, a "un punto de encuentro racional".

Aunque existe la posibilidad de recurrir al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía para aprobar el proyecto constructivo y seguir adelante, López, que sigue rechazando la alternativa municipal del metrobús, ha admitido que "no sería posible hacer una obra de esta naturaleza contra la voluntad beligerante del Ayuntamiento".

Así lo ha trasladado el propio consejero en Málaga, donde ha inaugurado este lunes una conferencia internacional sobre el metro ligero como oportunidad de transformación urbana y donde ha visitado las obras del suburbano en la Alameda Principal, coincidiendo con el comienzo de la construcción material del túnel y del recinto de la estación Atarazanas, una vez que se ha iniciado la ejecución de las pantallas.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS PARA EL AYUNTAMIENTO

Ello supondría, "y no lo digo en términos de amenazas", ha precisado, que el metro se quedara en la estación de Atarazanas, lo que tendría tres consecuencias: "privar a los ciudadanos de una solución óptima, amputando una parte de los servicios que debe prestar esta infraestructura, y también otra de orden económico-financiero, puesto que las relaciones con terceros se deteriorarían, resintiéndose la cuenta de resultados, ante lo que alguien tendría que responder". Se refería así a la reclamación judicial al Ayuntamiento de las pérdidas por el incumplimiento del protocolo de intenciones de 2013.

Aparte de "la inseguridad jurídica" que se generaría de cara a potenciales inversores, ha alertado. A su juicio, "en una ciudad como Málaga y en una zona como la Costa del Sol, que tienen capacidad de atracción para generar actividad económica y empleo, no se puede dar el mensaje de que, después de haber aceptado un compromiso, se cambia la música a mitad de camino".

Por ello, ante las posturas encontradas, el objetivo, según el consejero, es buscar en esa reunión, previa a la comisión mixta de seguimiento del convenio del metro, "un punto de racionalidad" y "no trincheras ni posiciones sin fundamento ni jurídico ni técnico ni social". Ha dejado claro que "no tengo ningún interés en vencer al alcalde ni al Ayuntamiento".

López, que el pasado 27 de mayo trasladó "la voluntad firme" de la Junta de continuar con el proyecto del metro tal cual está previsto, con la prolongación en superficie hacia el Hospital Civil incluida, ha señalado que la reunión del día 20, que podría celebrarse en Sevilla, se convoca "no con el ánimo de marcar distancias", sino de "encontrar un punto de racionalidad". Eso sí, ha indicado, "bajo cosas sensatas porque hablamos del dinero público escaso de todos los andaluces".

"Estamos en una posición flexible, pero no puede ser negando la mayor, sobre todo si cuando lo que se plantea como alternativa no tiene desde nuestro punto de vista ningún fundamento", ha manifestado el consejero.

ADENDA

Por eso, sólo "algún pero a los argumentos técnicos y jurídicos planteados que realmente se pueda sostener" podría hacer cambiar de postura a la Junta. Precisamente, ha matizado que "ese pero no puede ser la ausencia de la firma de la adenda al convenio de 2003", que "es la segunda parte" del protocolo de intenciones firmado en 2013: "primero, hay que aceptar el trazado, y, luego, se llevará a cabo la compensación con obras de movilidad sostenible como se hizo en Sevilla".

De nuevo el titular andaluz de Fomento ha considerado que las dudas planteadas por De la Torre en relación con llevar el tranvía hacia la zona norte de la ciudad "no tienen mucha consistencia", y ha insistido en que técnica y jurídicamente el metrobús no es viable.

Así, ha recordado al regidor del PP que su propuesta "ocupa la misma vía por la zona que transcurre el tranvía hacia el Hospital Civil; se obliga a los ciudadanos a hacer trasbordo, lo que perjudica y deteriora notablemente el servicio público, y no se tiene en cuenta, al llegar al intercambiador, por dónde dar la vuelta el autobús".

"Toda una serie de inconvenientes que provocan una situación sin sentido", ha declarado. En suma, ha aseverado, "si socialmente no es rentable porque generamos más perjuicio a los ciudadanos, si técnicamente no es solvente y si jurídicamente no es encajable dentro de la forma de explotación elegida, la propuesta no es solvente".

Ante el rechazo de ciertos vecinos y comerciantes al tranvía, López ha reiterado que los beneficios para el conjunto de la ciudad, incluidos los residentes de Bailén-Miraflores, "están muy por encima de los perjuicios". Lo que no quita, ha especificado, que se intente llevar a cabo "una obra amable", minimizando los impactos negativos que los trabajos puedan tener para los vecinos.

ORTIZ

Ha aprovechado, además, esta visita para anunciar que antes de 15 días se llevará al Consejo de Gobierno de la Junta la autorización para licitar, por 23 millones de euros, la obra pendiente del tramo entre Renfe y Guadalmedina, en torno al 20 por ciento, tras la rescisión del contrato con el Grupo Ortiz.

"Las cosas que estaban en trámites administrativos van viendo definitivamente la luz, estamos cerrando flecos en relación con la liquidación, y vamos a cumplir el calendario y el horizonte previsto", ha declarado el titular andaluz de Fomento.

El horizonte de finalización de la obra civil sigue siendo octubre de 2017, tras lo que se construiría la estación Atarazanas y el sistema de señalética. El objetivo es llegar al verano de 2018 con la obra terminada y el servicio completo en explotación para alcanzar los cerca de 21 millones de usuarios.

CONSTRUCCIÓN DEL TÚNEL

Los trabajos de construcción del metro han podido arrancar este lunes una vez culminadas todas las tareas previas, consistentes en la retirada de mobiliario urbano, desvío y reposición de servicios afectados, así como la excavación arqueológica, con la protección de los restos de la muralla del fuerte de San Lorenzo.

Estos trabajos constan de una longitud lineal de casi 300 metros y tienen su punto de inicio nada más comenzar el tablero norte del puente de Tetuán, donde concluye el tramo entre Renfe y Guadalmedina.

La anchura del túnel o espacio libre entre pantallas será de 8,5 metros y la cota de máxima profundidad estará a 37 metros con respecto al nivel de calle, ya que las pantallas se han ampliado para acoger en un futuro la prolongación del Cercanías hasta la plaza de la Marina, sí así lo determinan el Ministerio de Fomento.

Las pantallas tendrán entre uno y 1,2 metros de espesor y se emplearán 3,7 millones de kilos de acero al tratarse de pantallas de hormigón armado.

Igualmente, se prevé emplear en la construcción más de 9.600 metros cúbicos de hormigón; un millón de kilos de acero para las losas y durante la excavación se extraerán más de 57.000 metros cúbicos de tierras.

Las obras de infraestructura, superestructura de vía y urbanización del tramo Guadalmedina-Atarazanas, que ejecuta la UTE Atarazanas, tiene un presupuesto de 26,62 millones de euros y un plazo de 28 meses.