Yossf, uno de los refugiados sirios que ha llegado esta semana a Zaragoza desde Grecia, ha agradecido al gobierno español la acogida y ha destacado que "todo el mundo está deseando llegar aquí", en referencia a las miles de personas que esperan un destino seguro en Europa.

Junto a Ghaith Niazi, Mervan Jousef y Nafee, tres de los refugiados que llegaron el martes a la capital aragonesa acogidos por Cruz Roja y la organización ACCM, han dicho en una comparecencia ante los medios que se encuentran muy bien y que están contentos, a la vez que han denunciado la "vida muy dura" en los campamentos.

Los cuatro forman parte del grupo de nueve -un matrimonio y sus cuatro hijos menores y tres jóvenes sin familia- que han sido acogidos en Zaragoza, donde esperan aprender pronto el castellano, integrarse y encontrar un trabajo.

Nafez, de 38 años, origen kurdo- iraquí y padre de cuatro niños, ha declarado que se han sentido muy acogidos, que se encuentran "muy bien" y relajados y que su llegada a España ha supuesto sacar una gran alegría que "estaba llamando dentro de nosotros".

Los cuatro, que partieron de Atenas en un vuelo con destino a Madrid, han agradecido las muestras de afecto que han recibido, han dado las gracias al pueblo español y han resaltado que al llegar aquí han sentido "seguridad".

Los refugiados eligen destino mediante un proceso en el que marcan primero los ocho países, de mayor a menor interés, de su preferencia de entre los 24 a los que pueden optar. España fue su primera opción, han señalado.

"Yo pienso seguir viviendo para siempre en España", ha indicado Yossf, quien junto a otros de sus compañeros se ha referido a la difícil situación que vive su país, en guerra desde hace más de cinco años y con millones de refugiados.

Tras indicar que tienen conocidos que residen aquí, han explicado que la situación en los campamentos es "muy difícil", que "no hay comida suficiente" y que hay muchos niños, jóvenes y mayores sin sus familias.

Estas personas, que han estado en campamentos de Turquía y Grecia, forman parte del primer grupo de veinte refugiados sirios e iraquíes que acoge España procedentes del país heleno y que llegaron el martes  a Madrid dentro del programa de reubicación europeo.

En la rueda de prensa han estado acompañados por el coordinador de Cruz Roja en Zaragoza, Fernando Pérez Valle, y la responsable de la organización ACCM, Julia Ortega, quienes han emplazado a respetar la privacidad de los refugiados tras este primer contacto con los medios de comunicación.

Pérez Valle ha recordado que el 86% de los refugiados están en países en vías de desarrollo y muchos huyen del militarismo de sus territorios de origen, por lo que ha pedido evitar actitudes xenófobas y racistas.

Para advertir de esta situación, tres refugiados procedentes de Ucrania, Guinea Conakri y República Centroafricana han acompañado a los sirios en el encuentro con los medios, a los que han explicado su situación en la capital aragonesa, a la que llegaron en los últimos meses.

Hasta finales de junio está previsto que aterricen en España 586 refugiados procedentes de Grecia e Italia, desde donde llegaron ayer otros 22, con lo que se eleva a 60 el número de personas acogidas al programa comunitario de reubicación creado para afrontar las consecuencias de la guerra en Siria.

Al menos 282.283 personas han muerto, de las que 81.436 eran civiles, desde el inicio del conflicto en Siria a mediados de marzo de 2011, según los datos publicados por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

La ONG precisó que entre los civiles fallecidos hay 14.040 menores y 9.106 mujeres. En el bando de los opositores al Gobierno de Damasco, hubo 45.986 bajas de combatientes de facciones rebeldes, islámicas y de las Fuerzas de Siria Democrática, una alianza armada kurdo-árabe; así como 2.582 de desertores del régimen.

Además, al menos 47.095 milicianos extranjeros del Frente al Nusra -filial siria de Al Qaeda, del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y de otras organizaciones extremistas, como los Soldados de Al Aqsa o el Ejército Islámico de Turkmenistán, han perdido la vida desde el comienzo de la contienda.

En las filas del régimen hubo un total de 101.662 muertos: 56.609 miembros de las fuerzas regulares, 39.221 guerrilleros de milicias progubernamentales sirias, 1.247 combatientes del grupo chií libanés Hizbulá y 4.585 milicianos chiíes de otras nacionalidades. A estas víctimas mortales se suman 3.522 personas de identidad desconocida.

El Observatorio destacó que ha conseguido confirmar a través de fuentes dentro de los servicios del orden, especialmente de la Inteligencia Aérea y de la Seguridad del Estado, que al menos 60.000 personas perecieron en prisiones gubernamentales por torturas o por falta de comida y medicinas.

La ONG señaló que su recuento no incluye a los 50.000 secuestrados por el EI, ni a los 6.000 prisioneros y desaparecidos de las fuerzas del régimen ni a los 2.000 raptados por facciones islámicas, el EI o el Frente al Nusra, acusados de colaborar con las autoridades.

Aparte de los fallecidos, estos más de cinco años de guerra han causado más de dos millones de heridos y once millones de desplazados internos y refugiados en otros países.