El programa arranca en Holanda, donde Rob Van der Dussen, padre de Romano nos cuenta como su hijo tuvo una infancia y adolescencia complicadas, llegando a pasar por un reformatorio y un centro penitenciario para jóvenes. Hasta que en 2003 Romano viaja a España para "rehacer su vida".
Pero en España las cosas no mejoran, ya que es detenido por discutir con su pareja y por romper mobiliario urbano, por lo que tiene antecedentes policiales.
Pero lo peor le llega en agosto de 2003: la policía le detiene y le acusa de tres agresiones sexuales.
En su primera entrevista en profundidad para una televisión española, Romano Van der Dussen habla con Évole para contar su historia, denunciar irregularidades en el proceso y reivindicar insistentemente su inocencia. En una conversación con momentos tensos y de alta carga emocional, Van der Dussen relata, su detención, el juicio, que él califica de "teatro," y su estancia en prisión, desde dónde asistió al proceso judicial de su caso.
En 2006 la Interpol avisa de la coincidencia de una muestra de ADN que puede exculpar a Van der Dussen. Pero debido a un caos judicial provocado por la burocracia, los errores y la lentitud de distintos juzgados y de la policía científica, la muestra de ADN no fue aceptada como prueba hasta 9 años después.
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