En la nueva entrega de MasterChef, emitida la noche de este miércoles, han sido las trufas y los microondas los que han decidido la suerte de los concursantes, que se han trasladado a Teruel para una de las pruebas.

Los concursantes se han trasladado a Teruel para la prueba de equipos, que han consistido en hacer un menú con la trufa como base. Han visitado una finca para conocer de primera mano cómo se extrae este preciado producto.

El menú ha consistido en sopa de bolas de papada de cerdo con trufas, manitas de cerdo con nabo y trufa y pan de higo trufado como postre. El otro ha estado formado por panceta de cerdo crujiente con crema de garbanzos y trufa, costilla de cerdo glaseada y milhojas de manzana crujiente con crema de castaña y trufas.

La degustación ha estado a cargo de un grupo de expertos en trufa, que se han servido los platos en un bufé. Una de las condiciones es que las raciones fueran lo suficientemente abundantes para que los invitados pudieran repetir.

Al final las raciones han salido tarde y no han sido tan abundantes. De hecho, tanto Pepe Rodríguez como Jordi Cruz se han tenido que poner el delantal para echarles una mano y sacar adelante las raciones.

Encima, uno de los concursantes, David, ha tenido un error garrafal al meter una tabla de madera en el horno.

Por ello, el jurado ha decidido que las dos capitanas de los equipos, Dania y Natalia, pasaran a la prueba eliminatoria, acompañadas por Juan, Raquel, David y Reichel.

La prueba eliminatoria ha consistido en hacer todos los platos posibles en 45 minutos usando un robot de cocina y el microondas. El jurado ha felicitado especialmente a Raquel, que se ha lucido en la prueba.

El elegido para dejar las cocinas ha sido David, el concursante que siempre se estaba riendo. Su error con la tabla de madera en el horno ha sido determinante, aunque tampoco les ha gustado ni a Pepe Rodríguez ni a Jordi Cruz sus platos al microondas. Fiel a su estilo, David ha salido del plató riéndose.