Además de la amputación de la yema del pulgar izquierdo, el bajista, que tardó más de cinco meses en recuperarse, sufre rigidez en la articulación interfalángica y un adormecimiento del dedo.
Puntos de sutura
Los hechos se remontan al 2 de mayo de 2002, cuando el músico sufrió un accidente laboral al cortarse la cara interior del pulgar izquierdo con una máquina de cortar carne. Jesús Moll se dirigió al Hospital Josep Trueta de Girona, donde le dieron cuatro puntos y le remitieron al médico de cabecera para que le controlase la herida.
El 16 de mayo, dos semanas después de sufrir el accidente, Jesús Moll fue ingresado en el Hospital Josep Trueta, donde se le trató con antibióticos y se le hicieron curas tópicas. Además, debido a la necrosis que presentaba tuvieron que amputarle la yema del dedo, con el consiguiente perjuicio para su profesión.
El ICS y la Conselleria de Salud se opusieron a indemnizar al músico, alegando que tiene antecedentes de VIH --no ha desarrollado la enfermedad-- y que sufre Hepatitis C, sin seguir ningún tipo de control evolutivo.
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