La técnica del spray ha dejado de ser una expresión ´pirata´ en muchas paredes de Vitoria. Los graffiteros se han puesto al servicio de la comunidad, que busca casi desesperadamente una solución a las pintadas que degradan miles de fachadas en la ciudad, informa El Correo Digital .

Un centenar largo de panaderías, tiendas de ropa, farmacias, incluso clínicas dentales y negocios de telefonía móvil han decidido contratar sus servicios y decorar sus negocios con el arte urbano por excelencia. Paredes y persianas se han convertido en lienzos improvisados donde se suceden las guerras dialécticas a base de pintura.

Por un precio «razonable» estos veinteañeros decoran fachadas los negocios con murales al gusto del ´mecenas´. Lo que arrancó el año pasado en el centro comercial de Gazalbide como una iniciativa puntual se ha extendido a barrios como Lakua, El Pilar, Adurza o Santa Lucía hasta tal punto que los graffiteros dicen «no dar abasto».

Incluso han tenido que rechazar varios encargos. En Arriaga, cinco minoristas acaban de contratar los servicios de estos maestros del trazo grueso. La mayoría de los comerciantes y hosteleros interesados han dado con los dibujantes utilizando el ´boca a boca´.

Una vez que contactan con el artista, es preciso especificar qué tipo de mural se quiere. Los precios también varían. No existe una tarifa concreta. La factura final depende de varios factores, como los metros que tiene la pared o el tipo de pintura que se necesita para el dibujo.

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