Cantabria incorpora tres nuevas Fiestas de Interés Turístico Regional a su acervo como son el Día de las Instituciones de Cantabria, el Festival del Medievo: La Cantiga 263 y la celebración denominada 'Un pueblo de leyenda', tras las respectivas solicitudes de los ayuntamientos de Reocín, Medio Cudeyo y Anievas.

Así figura en sendas órdenes publicadas este miércoles en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) por la Consejería de Innovación, Industria Turismo y Comercio, que en todos los casos entrarán en vigor este jueves 7 de abril.

Las Fiestas de Interés Turístico de Cantabria son aquellas que se celebran en la Comunidad Autónoma y que ofrecen "interés real" desde el punto de vista turístico y suponen manifestaciones de valores culturales y de tradición popular con atención a sus características etnológicas. Se tiene especial consideración a la antigüedad de la fiesta, su continuidad en el tiempo, originalidad y diversidad de actos.

El Ayuntamiento de Reocín solicitó la concesión de la denominación para el Día de las Instituciones de Cantabria, que tiene lugar en Puente San Miguel el 28 de julio, en la Casa de Juntas, edificio símbolo de independencia y capitalidad. En torno al mismo se desarrollan actos protocolarios que corresponden a manifestaciones del folclore, costumbres, actividades y deportes tradicionales de la región.

El Ayuntamiento de Medio Cudeyo también solicitó la denominación para el Festival del Medievo: La Cantiga 263, que tiene lugar en la localidad de Solares durante los días previos a la fiesta de Santa María de Cudeyo el día 15 de agosto, teniendo en cuenta el carácter singular de este acontecimiento que potencia de manera participativa el turismo cultural, así como la preservación de un hecho histórico como es la recreación histórico-literaria de la Cantiga de Santa Maria de Cudeyo de Alfonso X El Sabio.

Finalmente, el Ayuntamiento de Anievas requirió la concesión para la celebración de la fiesta 'Un pueblo de leyendas', que tiene lugar en la localidad de Barriopalacio y que se celebra el fin de semana anterior a la fiesta de Nuestra Señora de la Asunción (15 de agosto), acontecimiento que supone el carácter singular y una evocación de la cultura y de las costumbres de Cantabria, reflejadas a través de seres mitológicos y estampas cotidianas.