Este grupo de casi cuarenta inmigrantes huyó hace tres días del Centro Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) tras dos años de estancia en él. El motivo de esta auténtica fuga en masa fue la noticia de su inminente repatriación. Desde entonces duermen al raso en las proximidades de Ceuta.
La hora y el lugar estaban fijados y los 38 inmigrantes procedentes de Bangladesh fueron puntuales en su cita con 20minutos .
Sus miradas denotan miedo, algunos ya presentan síntomas de debilidad y todo se empeño es hacer comprender a las autoridades algo que parece evidente. "Sólo queremos tener la oportunidad de trabajar, de enviar dinero a nuestras familias, de vivir de una manera digna, como cualquier ser humano. No queremos nada más", explica uno de estos inmigrantes.
Y es que muchas de estas personas, todo hombres, llevan alrededor de dos años acogidos en el CETI, esperando su turno para cruzar a la península y viendo como otros colectivos se iban antes que ellos. "Y nosotros ¿por qué no?", se pregunta uno de los 'huidos'.
Su principal preocupación son sus familias, que dependen de estos hombres para continuar adelante. "Si nosotros comemos, ellos comen; si nosotros trabajamos, ellos ganan dinero y si nosotros morimos, ellos también mueren", se lamenta uno de estos inmigrantes. "Hasta tal punto luchan por su familia que si son repatriados muchos prefieren no regresar a sus hogares. "Tenemos compañeros que al ser repatriados se han quitado la vida, otros viven en la calle porque no quieren presentarse en su casa con las manos vacías e incluso alguno ha perdido la cabeza", señalan.
Parece difícil comprender el drama que supone para estos inmigrantes el regreso, pero "nuestra familia empeñó todo para pagar nuestra aventura y no podemos volver sin nada. Si decidimos emprender el viaje fue porque no podíamos vivir en nuestro país".Cada historia que narran es peor si cabe que la anterior. Uno de ellos cuenta como pasó un año caminando por África hasta alcanzar
Todos ellos miran suplicantes a quien les pregunta por su objetivo, "sólo tener la oportunidad de trabajar", responden. Están cansados, sufren crisis de ansiedad, algunos son diabéticos y pasan frío durante la noche, pero están dispuestos a luchar.
Han escrito una carta entre todos en la que apelan "al ciudadano de a pie, a todas las Organizaciones Humanitarias y el Gobierno de España , con nuestra humilde y modesta petición de que los pobres también podemos contribuir positivamente, con nuestro trabajo, a la sociedad".
Además, y con los conocimientos informáticos que han adquirido en su estancia en el CETI, han creado una cuenta de correo electrónico en la que esperan recibir la solidaridad del pueblo: dukhinbangla@yahoo.es.
El llamamiento está hecho, ahora, estas 38 personas, tan solo esperan la comprensión de las autoridades y una oportunidad para comenzar una vida.
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