Aunque no se trata de un libro de fantaciencia ni de un tratado de predicciones, del volumen Otherworldly: Avant-Garde Fashion and Style (De otro mundo: moda y estilo de vanguardia) sales como de un viaje de dos destinos: interplanetario y hacia el futuro. La obra reúne el trabajo actual de sesenta diseñadores de moda subversiva, posthumana y mutante.

De seguir los insistentes dictados, frecuentes consejos y manoseados clichés de los diseñadores que copan las páginas de las revistas y las cegadoras pasarelas de los desfiles, la moda es una simple cuestión de negocio, industria, distribución y buen empaquetado publicitario. Las seis decenas de profesionales de nuevo cuño que aparecen en Otherworldly no están de acuerdo. Lo suyo es directamente "inhumano" y en muchas ocasiones "inservible" o, como dirían con ese verbo inventado tan al uso en el sector, no ponible.

Los editores del libro resumen así la filosofía de los creadores: "Hacen moda de otro planeta: inservible, subversiva, radicalmente posthumana, extraterrestre ". Las firmas que eligen el coordinador de la publicación, el radical chipriota Theo-Mass Lexileictous —que se presenta como un "superhéroe" siempre enmascarado que ha logrado matar a su ego para lograr tener poderes extraordinarios y moneda propia—, considera que estamos ante la eclosión de "una galaxia de diseñadores jóvenes que están muy lejos de la corriente tradicional".

Los diseñadores de vanguardia de hoy, gracias a la tecnología de la precisa impresión 3D y la invención de nuevos materiales neotextiles, pueden darse el lujo de ser "como el Doctor Frankenstein o, ya puestos, como el monstruo de Frankestein", añade con humor el editor de la antología, donde aparecen desde precursores de la vanguardia como Alexander McQueen, pionero de la belleza salvaje, hasta valores consagrados al ritmo atroz de estos tiempos, como Nixi Killick, la utopista australiana que, nada más salir de la escuela de Diseño, encandiló a Lady Gaga y se convirtió en una top por cuyas prendas hay peleas.

Otras firmas de nuevo cuño que apuestan por el choque y el desorden en el vestir son Craig Green y su ropa distorsionada; Bea Szenfeld, que trabaja con papel y propone colecciones basadas en el desencanto para chicas tristes; Frederik Heyman, experto en máscaras y otras prótesis como accesorios para trastornar la vida diaria, y la danesa Nikoline Liv Andersen, autora de algunos de los modelos que lució Björk durante la promoción del disco Vulnicura.

También llaman la atención Dino Bodiciu y sus "especímenes" híbridos, no del todo humanos; Peter Popps y su bestiario de zapatos imposibles; Iris Van Herpen, que explora la confluencia de las ideas de vestuario y arquitectura, sobre todo en la espectacular colección Wilderness, y Marina Hoermanseder, cuya ropa tiene elementos ortopédicos, similares a los propuestos por la inglesa Úna Burke, que se inspira para sus trabajos en piel en accesorios médicos de rehabilitación.

El libro también presta atención a algunos fotógrafos que han intrucido la rareza en los editoriales de moda. Entre ellos figuran el alemán Daniel Sannwald y Paco Peregrín, el único español presente en el libro.

La moda del futuro, dicen los editores, necesita "otras reglas", tanto en el diseño, donde la llegada de las telas de alta tecnología y el patronaje mediante impresión en tres dimensiones están reconvirtiendo el panorama, como en la actitud del consumidor final. "Estamos ante diseños de moda que no siquiera podían imaginarse hace pocos años. Las telas de alta tecnología y las formas de fusión ya no son ciencia ficción, sino una realidad", dicen.

Ante este panorama los sesenta diseñadores que aparecen en la obra —que acaba de ser publicada por la editorial Gestalten [304 páginas y un PVP de 45 euros]— han decidido experimentar de forma extremista e inspirarse en "lo extraño, lo mutante y lo deformado" para "expandir el cuerpo y especular sobre la evolución de la identidad y la transfiguración absoluta de la silueta humana".