Gran Vía, la Plaza Mayor, la calle Preciados o Arenal y la plaza Jacinto Benavente son algunos de los lugares que se ven invadidos cada día por la venta ambulante ilegal. Carteras, bolsos, camisetas de fútbol, deportivas, perfumes, gafas... los vendedores del 'top manta' aprovechan cualquier objeto para venderlo en la vía pública y, además, las incautaciones de material 'ilegal' se han duplicado en los últimos meses, en el distrito centro, respecto al año pasado.

Concretamente, los agentes de la Policía Municipal de Madrid han llevado a cabo, solo durante los primeros 31 días de 2016 y en la almendra central, un total de 563 actuaciones contra la venta ambulante de propiedad intectual e industrial, 284 más que en enero de 2015, según datos aportados por el propio Ayuntamiento de Madrid. Por su parte, teniendo en cuenta los datos de los dos primeros meses de ambos años en conjunto, en enero y febrero de 2016 se ha incrementado un 60% más la venta e incautación de material no perecedero en el centro—580 intervenciones en 2015 y 927 en 2016—, reduciéndose un 50,8% las intervenciones en otras zonas de la capital.

El rumor de que desde el consistorio madrileño se está siendo más permisivo con la venta ambulante se está extendiendo por las calles de la capital pero los números no dicen lo mismo. Los manteros se trasladan de zonas con intención de captar la atención de los turistas y aumentar sus beneficios pero no se incrementa la cifra general de vendedores ambulantes ni las incautaciones en toda la provincia. Anteriormente se encontraban más dispersos y ahora más centralizados. La tendencia había cambiado durante el año pasado por el incremento de la seguridad en la almendra central, sin embargo ahora ha vuelto a remitir la práctica de años anteriores.

Tal y como muestra la base de datos del consistorio madrileño, durante todo el 2015 —el último del que se tienen datos totales— la Policía Municipal realizó 27.052 intervenciones de material ilegal referidas a la venta ambulante —11.035 de propiedad intelectual e industrial y 16.017 contra infracciones alimentarias—, representando un descenso de 1.182 actuaciones respecto a las cifras de 2014, cuando se realizaron 28.234 operaciones relacionadas con género perecedero y no perecedero. En lo que va de 2016 la práctica sigue el mismo curso y las intervenciones han bajado en un 17% en los meses de enero y febrero respecto al mismo periodo del año anterior.

De acuerdo con ello, Emiliano Herrero, Secretario General de la Policía Municipal de Madrid por Comisiones Obreras afirma contundente que "no ha habido un incremento significativo en el último tiempo. No se ha solucionado pero tampoco se ha incrementado esta situación" y además añade que la Gran Vía madrileña siempre ha sido uno de los lugares preferidos de los manteros.

Los vendedores ambulante se pasean bajo la atenta mirada de los agentes municipales y nacionales a diario. Las avalanchas que anteriormente se producían en las persecuciones policiales ya no se ven con frecuencua. "Los policías cesan su persecución para que no haya mayores conflictos o evitar un escándalo público", manifiesta Herrrero. Los echan y vuelven. Los manteros ocupan un espacio considerable en estas zonas comerciales, muy transitadas, dificultando el paso de los ciudadanos a las puertas de comercios y buscando aumentar sus beneficios gracias al turismo.

"Entre semana se apresuran más en echarlos pero los fines de semana campan a sus anchas por aquí hasta que los municipales los echan, tarde pero los echan. Lo que pasa que vuelven a ponerse en el mismo lugar al cabo de unos minutos", declara uno de los guardias de seguridad de una de las tiendas próximas a la acera par de la Gran Vía madrileña.

La principal consecuencia del la venta ambulante son las quejas por parte de los comerciantes que pagan al ayuntamiento impuestos por su actividad. Si las ventas de un sector se reducen a causa de las falsificaciones, el sector comprará menos productos y servicios a sus proveedores, provocando una reducción de las ventas y los efectos correspondientes sobre el empleo en otros sectores.

Desde el Ayuntamiento de Madrid se ha informado que, en todo el país, "se dejaron de crear hasta 30.000 puestos de trabajo por las falsificaciones y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado junto con la Agencia Estatal de Administración Tributaria incautaron un nivel de mercancía que habría alcanzado en el mercado un valor superior a 300 millones de euros". Asimismo, según datos de la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI), la falsificación de joyas, relojes, bolsos y maletas causan unas pérdidas anuales de 3.500 millones de euros en la UE y sólo en España, el mercado de copias resta ventas a los fabricantes por valor de 327 millones.

Para intentar frenar el auge, desde el Consistorio madrileño se han llevado a cabo dos campañas —una antes de navidad y otra a principios de febrero— para sensibilizar a los madrileños contra la venta ambulante y las falsificaciones. Ambas campañas se realizaron bajo el nombre de 'Tu decisión importa. Cada vez que compras, eliges qué sociedad construyes'. La alcaldesa de la capital, Manuela Carmena aseguró el objetivo de la iniciativa era informar de lo que supone a nivel social, comercial, económico e incluso para la salud comprar y acceder a falsificaciones tanto en puestos ambulantes ilegales en la calle como por internet.

Sin embargo, además de organizar este tipo de iniciativas, Carmena se ha encargado de eliminar la unidad policial que tenía la función de controlar que estos negocios clandestinos no prosperasen, la Unidad Central de Seguridad (UCEs) de la Policía Municipal que, según palabras de Herrero "no es una unidad especializada, es una unidad que actúa por requerimiento y en situaciones muy extremas y en este caso no es necesaria".

"La venta 'ilegal' generalmente está basada en el control mediante las unidades de distrito que son las que más actúan en este tipo de operaciones, mucho más que cualquier unidad especializada en esta materia", apunta el Policía Municipal de CCOO y añade que "no hacen falta 10 policías para despejar una zona de manteros, con una patrulla es suficiente".

Tal y como explica el agente municipal, al no estar considerado como "delito" por el código penal —afortunadamente, según el guardia— el protocolo que sigue la Policia Municipal se resume en "requisar los elementos que estén vendiendo hasta que los reclamen mendiante solicitud adminisitrativa" porque "más no se puede hacer".

Lo que más les interesa a los agentes es evitar que se sitúen constantemente en las vías públicas y molesten a los viandantes. Para ello, según explica Emiliano herrrero, "cuanto mayor medidas preventivas policiales, menor es la venta de artículos en las calles. La mejor medida policial es la prevención y el hecho de que haya más presencia policial de las unidades de distrito es lo que va a contribuír a que haya menor índice de venta ambulante".

Posteriormente aplican la medida represiva: en caso de interceptar a los vendedores, se prodece a su identificación. El problema llega cuando, en la mayoría de los casos "se produce una huída". Cuando la persona es localizada, se le identifica, se le denuncia "administrativamente" y se procede a requisarle el material.  Una vez terminado este proceso, la policóa informa al individuo que los objetos interceptados estarán a su disposición "siempre que lo reclame de manera administrativa y adjuntando la documentación necesaria de los productos de venta".