Los bombardeos de los ejércitos de Rusia y Siria en el país árabe han dejado, entre noviembre de 2014 y febrero de 2016 —si bien Moscú inició sus operaciones en septiembre de 2015—, alrededor de 9.500 civiles muertos, según un balance facilitado por el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos.

El organismo, con sede en Londres y una amplia red de informantes en el país árabe, ha responsabilizado al Ejército sirio de la muerte de 7.842 civiles víctimas de ataques aéreos y de artillería pesada; 1.668 niños fueron. Entre los adultos figuran 1.107 mujeres y 5.067 hombres.

Asimismo, ha agregado que estos bombardeos se han saldado con alrededor de 40.000 civiles heridos, así como con decenas de miles de desplazados en todo el país.

El observatorio ha señalado además que un total de 4.118 milicianos de diversas organizaciones islamistas armadas, entre ellas el Estado Islámico y el Frente al Nusra —rama de Al Qaeda en Siria— han muerto en bombardeos de la aviación del régimen de Damasco.

El Observatorio documentó 49.307 ataques realizados por el ejército de Al Asad en la mayoría de provincias sirias, sobre las que fueron lanzados casi 28.000 barriles explosivos, poco precisos pero que causan gran destrucción.

Por otra parte, en los pasados 16 meses, el Observatorio cifra en 1.653 el número las bajas civiles a causa de la intervención militar rusa en apoyo al Gobierno sirio, que se inició el 30 de septiembre, detallando que entre ellos hay 402 niños. Entre los adultos figuran 230 mujeres y 1.021 hombres.

El organismo ha añadido que, por su parte, el Ejército ruso ha matado a un total de 2.506 milicianos islamistas, entre los que habría 1.089 miembros del Estado Islámico y 1.417 del Frente al Nusra, el Partido Islámico del Turquestán y otras formaciones no especificadas.

Siria sufre desde hace casi cinco años un conflicto en el que han perdido la vida más de 260.000 personas, según el Observatorio.