Tribunales.-Un imputado por encubrir el crimen de la gasolinera vio al exmilitar cubano disparando a la víctima

Un hombre investigado por un presunto delito de encubrimiento en relación al crimen del hombre que fue hallado muerto el día 27 de noviembre de 2015 en una gasolinera del polígono Calonge de Sevilla ha declarado que vio cómo el exmilitar cubano de 52 años Alberto H.B., que se encuentra en prisión por estos hechos, disparaba contra la víctima con una escopeta.

Un hombre investigado por un presunto delito de encubrimiento en relación al crimen del hombre que fue hallado muerto el día 27 de noviembre de 2015 en una gasolinera del polígono Calonge de Sevilla ha declarado que vio cómo el exmilitar cubano de 52 años Alberto H.B., que se encuentra en prisión por estos hechos, disparaba contra la víctima con una escopeta.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, en su declaración ante el juez de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Carmona, este imputado, identificado como J.M.Y., ratificó su declaración policial, según la cual el día de los hechos se encontraba en una nave de su propiedad ubicada en la urbanización 'Mataluna' de esta localidad.

De este modo, este hombre relató que, sobre las 15,30 horas, llegaron a la nave la víctima y otras tres personas, una de las cuales sostenía en sus manos una barra de hierro, aunque "no hizo intento alguno de agredirle", no obstante lo cual le preguntó que qué hacía con la barra, contestándole uno de estos individuos "pues mira ese con la escopeta", refiriéndose a "un trabajador suyo", como es el exmilitar cubano detenido.

Deuda con la víctima

Las mismas fuentes han indicado a Europa Press que el investigado manifestó que, en un momento dado, la víctima se dirigió hacia su trabajador a fin de "arrebatarle el arma", ya que decía "este no dispara, este no dispara", de manera que en el momento de "asirle el cañón" a la escopeta, "sonó un disparo", cayendo la víctima al suelo.

Tras precisar que "sólo le disparó en una ocasión" —el autor confeso ha admitido ante el juez que efectuó dos disparos—, este investigado señaló que, a continuación, metieron al fallecido en el coche en el que habían llegado a la nave, tras lo que él se montó en su propio vehículo y se marchó de allí.

Este encausado, que admitió tener una deuda de más de 1.000 euros con el fallecido, negó en su declaración haber ordenado al autor confeso del crimen que matara a la víctima y también que la escopeta fuera de su propiedad, pues pertenecía al exmilitar cubano, mientras que también negó que el finado o alguno de sus acompañantes llevara un arma el día de los hechos.

El principal sospechoso confiesa el crimen

De su lado, Alberto H.B., el exmilitar cubano de 52 años que se encuentra en prisión provisional como presunto autor del crimen, confesó en su declaración ante el juez que mató a la víctima de dos disparos y que, además, "no se arrepiente" de haber acabado con la vida "de un traficante de drogas que tiene negocios ilícitos".

En su comparecencia ante el juez, el encausado relató que el día de los hechos se encontraba trabajando en la finca de la urbanización Mataluna de Carmona cuando, de pronto, escuchó al propietario de la finca llamándole y gritando "Alberto, mátalo, Alberto, mátalo".

De este modo, y según recoge el acta de su declaración, el detenido salió de la casa y vio al dueño de la finca en el suelo, a la víctima apuntándole con una pistola y a otra persona con una barra de hierro en las manos, señalando que en total eran tres hombres y que los hechos ocurrieron "por un ajuste de cuentas" vinculado posiblemente "con el tráfico de drogas".

El exmilitar cubano explicó al juez que "siempre" guarda una escopeta de cartuchos de cañones superpuestos del calibre 12 —para la que no tiene licencia— en la cama a fin de proteger al dueño de la finca, que fue quien le dio tanto el rifle como la munición y quien "le ordenó" disparar.

"remató" a la víctima

En este sentido, el encausado relató que disparó hasta en dos ocasiones y a una distancia de cinco metros contra la víctima, precisando que el segundo de los disparos lo realizó cuando la misma estaba en el suelo y con el fin de "rematarlo".

De este modo, el encausado disparó "sin preguntar" al fallecido porque "no tiene compasión" con los "traficantes" y "quería matarlo", de manera que la víctima "no pudo reaccionar", punto en el que añadió que sabía que iba a ir a prisión, "pero esos no trafican más, ni se van a seguir enriqueciendo". Además, dijo que "alguien reventó" las cámaras de vigilancia que recogieron los hechos.

El exmilitar cubano explicó que, tras cometer el crimen, introdujeron entre todos el cuerpo en el coche que estaba en la puerta de la nave, pero la víctima falleció instantes antes de llegar al hospital, lo que obligó a sus acompañantes a detener el vehículo en una gasolinera ubicada en una de las entradas de la ciudad de Sevilla donde fueron descubiertos por la Policía.

En la operación policial, y además del autor confeso del crimen, fueron detenidas cuatro personas por encubrimiento, como son los dos amigos de la víctima, el patrón del asesino y un vecino que le recomendó a éste y al autor del disparo darse a la fuga.

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