La Sala CAI Luzán de Zaragoza, de la Fundación Caja Inmaculada, acoge desde este miércoles, 3 de febrero, una exposición de más de 80 grabados y litografías de Natalio Bayo (Épila —Zaragoza—, 1945), realizadas para ilustrar libros. Es la primera muestra que acoge este espacio del artista dedicada exclusivamente a estas técnicas, que exhibe también algunas placas y material, así como las 13 publicaciones a las que corresponden las obras.

El director del Servicio de Cultura de la Fundación Caja Inmaculada, Antonio Abad, y el pintor Natalio Bayo, han explicado en rueda de prensa el contenido de esta exposición, titulada 'Arte en el libro', que se inaugura este miércoles, a las 20.00 horas, y que se podrá visitar hasta el 9 de marzo.

Con ella, el artista pretende dar a conocer un trabajo "que es poco conocido para la población en general", para reconocer que actualmente los libros que se ilustran mediante grabado son "muy pocos", una técnica que requiere "tiempo y dedicación".

Bayo ha relatado que este procedimiento "difiere de la pintura", entre otras cuestiones, porque en esta última, "según vas pintando, ves los resultados" y "en un golpe de vista" se puede apreciar la obra, aunque también se pueda "observar tranquilamente".

Por su parte, el grabado requiere de una contemplación "totalmente diferente, y de soledad" para apreciarla, y para su elaboración, el autor repite el proceso de incisión sobre la placa que sirve como negativo de la obra "hasta tres o cuatro veces", ya que "siempre es más lo que piensas que va a quedar de lo que se ve".

El artista ha apuntado que en su caso utiliza placas de cobre, y a veces de cinc, con aguafuerte y aguatinta. Sobre la primera placa, extiende una capa de barniz, que va levantando con un punzón, haciendo el dibujo. Acabado ese proceso, la sumerge en ácido nítrico, observa el resultado pasando un tórculo —prensa— y lo repite varias veces hasta lograr el resultado deseado.

A su entender, "para ser grabador hay que ser buen dibujante", mientras que la litografía que se exhibe en la exposición ha sido utilizada para los casos en los que quería introducir más color en la ilustración.

Las obras

Los grabados más antiguos que ofrece la muestra son de 1978 y los más modernos, de 2015, de una obra que todavía no ha sido publicada, 'Danza macabra', en la que Bayo está recuperando algunos de los personajes que aparecen en la colección de grabados del mismo título realizada en el siglo XVI por el alemán Hans Holbein.

"Me parece una obra muy interesante por la situación que estamos viviendo hoy" ya que el pintor y grabador alemán efectuó esta obra "en el momento de la Reforma, en el que había gran inquietud social", "donde aparecen unos determinados personajes que hoy están vigentes, a los que he incorporado alguno nuevo". En su opinión, "es perturbador ver que el ser humano en 500 años no ha cambiado nada".

Bayo ha estimado que las obras que se muestran pueden considerarse el resumen de sus trabajos efectuados con esta técnica. En total, ha creado unos 300 grabados en su vida, de los que alrededor de la mitad han sido para ilustrar libros.

La exposición ofrece también un ejemplar de cada uno de los libros ilustrados, colocados vitrinas junto a los grabados que se exhiben en la pared correspondiente a cada obra, y, en ocasiones, se muestran placas y objetos de trabajo.

Al tratarse de diferentes libros, la temática es variada, adaptada a cada publicación, con presencia de autores aragoneses, como José Antonio Labordeta y su libro 'Canciones de amor'; Gonzalo Borrás y su obra 'Según los caprichos', y Antón Castro, del que se recogen grabados de 'Bestiario aragonés' y 'Caballos en la noche'.

Además, están presentes obras de autores internacionales, como 'Romeo y Julieta', de Willian Shakespeare, de Liber Ediciones; y de la misma editorial, 'Carmen', de Prosper Mérimée, y 'San Jordi/San Jorge', de Stefano Maria Cingolani y Santiago de la Vorágine. Por este último trabajo, recibe en 2008 el Premio al libro de bibliofilia mejor editado, otorgado por el Ministerio de Cultura, así como la Medalla del Bicentenario del Ayuntamiento de Zaragoza, en las Artes.

Valor artístico

El director del Servicio de Cultura de la Fundación Caja Inmaculada, Antonio Abad, ha remarcado que en el grabado "el dominio de la técnica es fundamental" y ha opinado que utilizarlo para ilustrar un libro "lo dota de un valor artístico" añadido. De hecho, cada ejemplar va numerado y firmado por el autor.

Asimismo, ha subrayado que en el caso de Natalio Bayo su decisión de quedarse a trabajar en Aragón ha contribuido a su "imaginario", para recalcar que posee un "universo iconográfico" y "un predominio del dibujo" en su producción artística que hace que todas sus obras sean "muy características" y fácilmente reconocibles.

Abad ha señalado que la vinculación de Bayo con la Sala CAI Luzán se remonta a 1974, cuando expuso su primera exposición individual, momento desde el que ha estado presente en la programación de la entidad.

Por su parte, Natalio Bayo, pintor, dibujante y grabador, ha expresado su satisfacción por haber podido "trabajar toda mi vida en lo que me gusta hacer y me sigue gustando", para apostillar que "la disciplina es muy importante" para haber logrado este objetivo.

Asimismo, ha comentado que desde niño ha tenido "fascinación" por el libro ilustrado y ha sostenido que "desde el inicio de la imprenta, el grabado siempre ha estado ligado al libro" puesto que es un "acompañamiento ideal" al texto y ha habido "grandes pintores que han sido ilustradores de grandes obras de la literatura", si bien ha reconocido que esta técnica se utiliza actualmente "muy poco" y cada vez hay menos personas que se dediquen a ella.

La exposición se podrá visitar a partir de este miércoles, de lunes a sábado, excepto festivos, en horario de 19.00 a 21.00 horas, con entrada libre.